El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León tomó medidas restrictivas del ocio nocturno con el fin de tratar de reducir los contagios de una pandemia desbocada en toda la comunidad pero especialmente en provincias como Zamora.

Las medidas, que entran en vigor esta madrugada (noche del viernes al sábado) implican que las discotecas y salas de fiesta no podrán superar en el interior un tercio del aforo. No se permite el uso de las pistas de baile. El resto de los establecimientos en los que se desarrollen actividades de ocio y entretenimiento como pubs, karaokes o bares especiales no podrán superar el 75 % del aforo en mesas en las salas de hasta 40 clientes, y del 50 % en las salas de más de 40 clientes. Dentro del local, en estos establecimientos, no se podrá efectuar consumo en barra o de pie y deberá realizarse sentado en mesa o agrupaciones de mesas. La máxima ocupación por mesa o agrupación de mesas será de 10 personas.

La medida quizá más importante es la limitación del horario de cierre, ya que establece como horario de clausura del interior de estos establecimientos las 02.00 horas de la madrugada como máximo, sin que puedan admitirse nuevos clientes a partir de las 01.00 horas. Las peñas permanecerán cerradas.

El vicepresidente autonómico cree que la medida más eficaz hubiera sido el toque de queda nocturno, con el fin de evitar que el ocio que escapa de los establecimientos pueda seguir en reuniones aún más incontroladas, pero no ha sido posible porque esta medida no se puede llevar a cabo si el Gobierno central no quiere.

Descartó ampliar restricciones a otro tipo de establecimientos hosteleros, como los restaurantes, por considerar que no es allí donde se mueve la gente más joven en concentraciones multitudinarias, que es donde se producen los contagios. Precisamente Igea la recabado el apoyo de las fuerzas de seguridad tanto estatales como de los ayuntamientos para tratar de evitar las aglomeraciones y mantener las medidas de seguridad, en una situación que se ha ido de las manos, por más que no haya tenido su traducción en un incremento de la presión hospitalaria.

Si se nota esta presión en Atención Primaria, literalmente desbordada hasta tal punto que se van a dejar de hacer tareas que no sean realmente eficaces en la contención de la pandemia.

En Zamora hay 21 rastreadores, más el apoyo de los que toquen del Ejército, indicó Igea.

Las medidas restrictivas del ocio nocturno se mantendrán en vigor, inicialmente, durante dos semanas.

La incidencia, en 600 casos en la provincia y en mil en la capital

Zamora está a punto de superar una incidencia del coronavirus de 600 casos por cien mil habitantes, ya que se sitúa en 599, y a pesar de eso ha perdido el primer puesto regional al ser rebasada por Burgos. En la capital la incidencia ha superado ya los mil casos por cien mil habitantes, que se traducen en 617 infectados en las últimas dos semanas.

Con un aumento de 154 casos el último día y un aumento de brotes a 49, cono 357 casos asociados, la pandemia está desbocada en Zamora. El virus, del que se habían librado los mayores de 65 años, está entrando también en ese tramo de edad, si bien son los de 20 a 29 y los de 10 a 19 los tramos de edad donde se están produciendo la gran mayoría de los contagios.

Nuevos contagios por edades en Zamora Rafa Domínguez

Una de cada cinco PCR que se hacen dan positivo, una tasa de positividad absolutamente fuera de control, como la trazabilidad, ya que sólo el 68% de los casos es de origen conocido. La buena noticia llega de la velocidad de reproducción del virus, que está en 1,68 (cada infectado le pega el virus a una media de 1,68 personas), es decir, en un nivel considerablemente más bajo al de fechas anteriores.

La ocupación hospitalaria va poco a poco subiendo y ya hay ocho pacientes ingresados, entre ellos una joven de 16 años. La UCI, por fortuna, permanece vacía de casos COVID.

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