Un reportaje de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA en 2008 sobre la historia de sus tías abuelas, asesinadas poco después de estallar la Guerra Civil, es la punta del iceberg del proyecto educativo que ha puesto en marcha el profesor zamorano Luis Vivas Ramos en el colegio Sagrado Corazón de Quart de Poblet (Valencia) en el que da clase de historia desde hace más de veinte años.

En esta iniciativa los alumnos de 4º de la ESO se convierten en investigadores, indagando en el pasado de sus familias para saber cómo vivieron esta época de la historia de España, preguntando sobre todo a los abuelos. “A algunos les cuesta más hablar y no quiere remover esos recuerdos, pero otros están encantado de contar su historia y ser escuchados”, constata Vivas. Unos relatos que también comparten en el colegio, ya que otra de las partes del proyecto consiste en invitar a estos protagonistas al centro para compartir su pasado con todos los estudiantes. “Así los chavales tienen la visión de sus abuelos y de otras personas”, valora el profesor.

Luis Vivas firma algunos ejemplares del libro. Cedida

Reconoce que explicar esta parte de la historia del siglo XX es a veces complicado. “Conozco a muchos compañeros que después de la tendencia de los últimos años con tanta polémica política deciden no dar esa parte. No hay un excesivo interés por complicarse, aunque sí es cierto que ha cambiado mucho, porque en las pruebas de la EBAU siempre suele salir un tema del siglo XIX y otro del siglo XX, que suele ser el franquismo o la transición”, relata.

En su caso, apunta que cuando explica esta parte del temario “no se trata de decirle a los alumnos quiénes son los buenos y los malos, sino que sean ellos mismos los que aprendan y descubran por ellos mismos. La influencia de la familia está muy presente también, pero es interesante que vayan compartiendo, debatiendo y argumentando con sus compañeros”, subraya.

Así dan un paso más en el aprendizaje, más allá “de memorizar una lista de características”, considera. Una manera también de prepararles para su siguiente etapa en Bachillerato. Los alumnos agradecen esta metodología. “A nivel vivencial ellos son conscientes de que están haciendo algo diferente”, subraya, haciendo hincapié de que el colegio en el que trabaja hace una clara apuesta por la innovación y por metodologías nuevas para mejorar curso a curso.

Con una colección más que aceptable de relatos del 36 gracias a esta original iniciativa educativa —que incluye exposiciones orales de los alumnos, debates y trabajos grupales—, durante la pandemia al zamorano le llegó la idea de recopilar parte de ellos en un libro que hace pocas semanas ha visto la luz. En total, se han recopilado 25 textos, a los que se añade la historia de la familia del propio Vivas Ramos —germen del proyecto— y la colaboración de los profesores Antonio Sevilla y María del Carmen Olivares.

“Lecciones de nuestros abuelos”, el libro realizado por alumnos. Cedida

El título elegido es “Lecciones de nuestros abuelos” y su puesta en marcha ha supuesto otro trabajo más dentro de este proyecto educativo. “Los chicos se han implicado con la producción del libro, trabajando algo más las historias, elaborando las ilustraciones que separan los capítulos o realizando los vídeos promocionales para las presentaciones”, enumera el docente.

Unas tareas a las que se añade la labor promocional, puesto que muchos de ellos acompañan al profesor en las presentaciones que se están multiplicando estos días para dar publicidad al libro.

Además, la publicación del libro ha hecho que se haya reconvertido en un proyecto de aprendizaje y servicio, puesto que los alumnos decidieron que los beneficios de la venta del libro se destinaran a ONG como Casa Caridad o Amigos de la Calle, agrupaciones que ayudan a los sintecho y con los que han estado trabajando durante este pasado curso. “Son gente muy implicada, que organizan caravanas con rutas por las noches para atender a la gente de la calle dándole comida o ropa”, explica.

Lo que quiere dejar bien claro el profesor es que en este libro “no hay rencor, odio o ganas de revancha. Más bien al contrario: hay cariño y ganas de mirar hacia adelante. Pasar página no significa olvido o desmemoria pero, como les recuerdan sus abuelos, quieren ser capaces de dialogar y no caer en errores pasados”, reflexiona.