La llegada de las buenas temperaturas y del típico sol asfixiante de verano afectan al funcionamiento normal de nuestro cuerpo, lo que puede provocar graves problemas de salud, como deshidratación, calambres por el exceso de sudoración, insolaciones o golpes de calor.

En el año 2020, afortunadamente, no hubo que lamentar fallecimientos por golpes de calor o insolaciones en Castilla y León. No obstante, en el 2019 cinco personas perdieron la vida debido a las altas temperaturas. Como consiguiente, para prevenir estos problemas tan comunes en la época veraniega, el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Zamora, Juan Prieto Corpas, recomienda “evitar la exposición al sol entre los horarios de 12 de la mañana a 6 de la tarde, estar siempre a la sombra o cubrirse la cabeza, hidratarse aunque no se tenga sed, evitar el ejercicio intenso si las temperaturas exteriores son superiores a los 30ºC, vestir con ropa holgada y ligera y evitar las altas temperaturas de los interiores de los coches”.

Además de estas advertencias, es prudente y adecuado que aquellas personas que tomen medicamentos fotosensibles acudan a su médico o farmacéutico más cercano para recibir las recomendaciones más adecuadas sobre cómo administrarlos.

Los síntomas más comunes son dolor de cabeza, náuseas, desmayos, piel seca o fiebre. Es por ello que debemos prestar singular atención a cualquiera de estas señales.

¿Cómo deberíamos actuar ante una situación de riesgo?

Las personas más vulnerables a sufrir golpes de calor o insolaciones son aquellas que trabajan en el exterior, como las que se dedican a la construcción o los agricultores. También deben que tener especial cuidado los niños menores de cinco años, los más mayores, los individuos que sufran de problemas cardiovascular y las personas discapacitadas.

En caso de encontrarse ante una situación con dichos signos, es recomendable sentar o tumbar a la persona para que se sienta cómoda, elevarle las piernas para favorecer la circulación y humedecerle con agua el cuello, la cara y las axilas. Además, si la persona afectada está inconsciente no debemos darle ningún líquido. Se debe tener en cuenta que, si observamos que la persona enferma comienza a ponerse pálida y que su temperatura corporal no empieza a descender, se encontraría en una situación de riesgo vital, por lo que debemos llamar inmediatamente al 112.