Por primera vez, el obispo de Zamora, Fernando Valera, acudía a la invitación del subdelegado para condenar el asesinato machista de una joven salmantina apuñalada por su esposo, y lo hacía para "solidarizarnos con la víctima, su familia, con todas las mujeres". El prelado ha declarado que la iglesia diocesana de Zamora "estará ahí, en primer lugar, para estar cerca y apoyar todo lo que sea para que esta lacra de la violencia de género acabe". Valera se posicionó en "contra de la violencia contra las mujeres, contra la discriminación de la mujer", consciente de "todo lo que están sufriendo esas mujeres, es muy doloroso y creo que la sociedad y todas sus instituciones debemos dar apoyo".

La ciudad ha guardado un minuto de silencio contra el asesinato machista de la joven de 34 años fallecida en cuando estaba ingresada en el Hospital Clínico de Salamanca, tras ser apuñalada brutalmente por su marido en la localidad de Doñinos, en un acto al que han acudido todas las autoridades en representación de las instituciones, convocadas por la Subdelegación del Gobierno central en Zamora, cuyo responsable, Ángel Blanco, ha condenado "la crueldad y brutalidad" de un nuevo crimen que ha incrementado el número "aterrador" de mujeres muertas a manos de sus maltratadores, 22 desde enero en el país, tres de ellas en Castilla y León.

Blanco apeló a la "unidad institucional como fundamental", al tiempo que destacaba la importancia del compromiso de la sociedad "que tiene que ser consciente de este grave problema" para terminar afirmando que "la violencia de género es totalmente incompatible con una sociedad libre y justa".