Aurelia Matellán, de Casa Aurelia de Villaralbo le está llegando ahora “que voy para los 80 años” el reconocimiento a toda una vida dedicada a dar bien de comer. Fue protagonista en el programa televisivo Master Chef, el lunes le entrega la Cámara de Comercio de Zamora la Medalla a la Dedicación Empresarial dentro de los Premios Mercurio y Vulcano y pregonará también las fiestas de Fuentesaúco.

—¿Cómo valora el premio de la Cámara de Comercio?

—Estas cosas siempre te llegan bien, aunque sean tarde. Cuando fui a Master Chef me pedían que dijera que era de Castilla y León, pero yo creo que es a Zamora a la que necesitan que le echen una mano. No voy a promocionar la merluza, he preferido tirar por Zamora y todo lo bueno que tiene, la carne, los lechazos, los garbanzos, los ajos...

—¿Los premios le permiten reivindicar lo bueno de Zamora?

—Agradezco los premios porque me permiten tirar por Zamora y por mis hijos. No los dejé hacer una carrera, porque nunca podían comer en la mesa y es una forma de poder ayudarles. La hostelería es mucho trabajo, esto no es una oficina y tienes que salir adelante como puedas: ayer con poca gente, y hoy con tanta que no tienes manos para atenderlos.

—Empezó en Zamora.

—Hace 46 años en la Plaza Mayor. No sabía lo que era poner una tortilla. Venía gente importante, como los arquitectos que trajo Adolfo Bobo o los militares del ascenso a capitanes de Monte la Reina.

—Y luego, Villaralbo.

—Hace 33 años, me la vendió un señor de Villaralbo, con la ayuda de Caja Rural. He atendido cinco autocares diarios del Imserso, comiendo garbanzos; he vendido más garbanzos de Fuentesaúco que cualquiera en el mundo. Cuando salían los comensales me llamaban y me decían “hoy hemos comido como las personas”.

—¿Sabe si un plato está bueno o no sólo con mirar al comensal?

— Cuando pongo una cosa no hace falta que nadie me diga nada, ya sé que está bueno. Doy por sentado que en mi casa la gente come bien.