Director del Centro Dramático Nacional desde enero del pasado año —pocos meses antes de la llegada de la pandemia—, el dramaturgo Alfredo Sanzol es uno de los participantes de este fin de semana en las charlas culturales que se organizan en el Teatro Principal, dentro del programa de actividades del Festival Internacional de Literatura en Español de Castilla y León (FILE) que recorre toda la comunidad con diferentes experiencias culturales.

–Llega mañana sábado a Zamora para participar en el Teatro Principal en la charla “El teatro del mestizaje”, junto con la dramaturga Julieta Soria. ¿Sobre qué temas versará su conversación?

–El tema del mestizaje está muy abierto y se puede entender desde los diferentes estilos y formas con los que se crea el teatro hasta la explicación de cómo el teatro ha absorbido a lo largo de la historia las diferentes artes. También se puede hablar de cómo tiene toda esa capacidad para ser el resultado del mestizaje de diferentes formas.

–O sea, tanto desde dentro como desde fuera, bajo el punto de vista de la sociedad en la que se desarrolla, ¿todo le puede influir?

–A nivel social también se comprueba que es el primer reflejo del mestizaje de una sociedad. Se habla mucho de cómo, por ejemplo, en nuestra sociedad, o al menos en las ciudades, el teatro es, a nivel cultural, mucho menos mestizo que la propia sociedad. Desde ahí también se está hablando a la sociedad para incluir a las diferentes culturas que la componen, igual que sucede dentro de las artes.

–¿En qué medida el mestizaje beneficia y enriquece al teatro?

–Desde mi experiencia de vida y artística, toda la belleza es esencialmente mestiza. La pureza lo que crea es descomposición y, precisamente, la naturaleza lo que hace es celebrar siempre la mezcla. De hecho, eso es lo que parece que a los organismos les sienta mejor. En ese sentido, las artes y la cultura son un reflejo de todo ello, además de constatar que cualquier arte es el fruto de mestizajes múltiples. Por eso creo que tenemos que estar atentos a de qué otros lugares podemos coger para que siga enriqueciéndose.

–¿Qué supone participar en eventos como el Festival Internacional de Literatura en Español de Castilla y León?

–Supone ponernos a pensar en voz alta y compartir las ideas que estamos teniendo y supone, sobre todo, el generar vínculos en los que el asunto o tema de conversación se ponga en lugares en los que normalmente no se pone en el día a día. Creo que se trata precisamente de celebrar esta excepción de hablar de algo de lo que no hablamos normalmente. Para eso están este tipo de eventos, para que la gente disfrute de actividades como las que se van a celebrar en el Teatro Principal, en el caso de Zamora.

–¿El regreso de estas actividades supone una relativa vuelta a la normalidad cultural?

–Sí, creo que vamos hacia la normalidad y que se ve la luz al final del túnel. Aún nos queda bastante, pero vamos pasito a pasito. Además, en España hemos tenido la suerte de no tener los teatros cerrados a cal y canto, sino que los aforos han permitido continuar con la actividad. Por otra parte, se ha demostrado que esta decisión de no cerrar ha terminado siendo un acierto, porque dentro de los teatros no ha habido focos de contagio entre el público, lo que demuestra que llevar la mascarilla en sitios cerrados es absolutamente necesario y eficaz. En este sentido, hemos tenido una temporada tranquila, los problemas han venido más de contagios que hayan podido tener los artistas fuera del teatro, pero las medidas de seguridad dentro de ellos han sido especialmente estrictas.

–¿Cómo ha sufrido el teatro esta época de pandemia?

–El teatro vive del público y en cuanto hay reducciones todo eso supone un lastre, la actividad se ralentiza. Eso afecta, sobre todo, a los teatros privados. Los públicos hemos tenido la fortuna de continuar en ese sentido y poder seguir dando un servicio a los ciudadanos, que es para lo que estamos.

–Fue nombrado director del Centro Dramático Nacional en enero de 2020 y, por todo lo que sucedió poco después, parece que no fue el mejor momento.

–Dos meses y catorce días después llegó el estado de alarma. Yo me contagié y me puse malo precisamente el 13 de marzo. Ha sido un año y medio muy duro, muy intenso, pero para todos. Nosotros lo que hemos intentado en todo momento, respetando las indicaciones que nos venían de las autoridades sanitarias, dentro de esas limitaciones, ha sido estar a tope.

–¿Las circunstancias le obligaron a cambiar los objetivos que inicialmente se había planteado al tomar las riendas de esta institución?

–Tuvieron que variar sobre todo en la primera temporada, porque tuvimos que rescatar todo lo que se suspendió en primavera. Pero luego resultó muy bien, muy orgánico. No considero que se retrasaran mis objetivos, de hecho, creo que se ampliaron, porque, de repente, te das cuenta de cómo la vida crea órdenes diferentes que uno no ha pensado pero, sin embargo, son órdenes que funcionan.

–¿Se lo tomó con mucha filosofía?

–Creo que aquí también es importante la flexibilidad de ánimo y no querer ser rígido, estar muy abierto a estos cambios que ha producido la pandemia. Dentro de esto, nuestro programa del proyecto de dirección lo hemos mantenido y para esta temporada especialmente, que justo acabamos de presentarla.

–Con la respuesta que se dio por parte del público en estos meses, ¿se demuestra que había hambre de teatro?

–La verdad es que teníamos mucho respeto a cuál iba a ser la reacción del público, porque es normal que tuviera miedo y sus reservas a meterse en sitios cerrados, pero lo cierto es que fue al revés, estaba deseando venir a los teatros, tener esta experiencia. La verdad es que, en ese sentido, ha sido una temporada muy buena de presencia de público. Luego también estamos muy contentos porque ha venido mucho público joven.

–¿Se ha comprobado que la cultura ha servido de bálsamo para la sociedad?

–La cultura sirve para muchas cosas: para evadirse, para curarse, informarse, para tener una experiencia estética, para conocer historias de personaje que nunca podías haber imaginado... La cultura tiene muchísimas utilidades y ha sido un momento en el que se ha demostrado lo importante que es para una sociedad.