La cocina solidaria impulsada por la Fundación Caja Rural de Zamora y Asezpan (Asociación Zamorana de Panaderos) ha hecho su primer balance anual con 20.356 comidas en total. En estos momentos atiende a 152 personas distribuidas en 59 familias.

La pandemia del coronavirus ha supuesto una reducción importante de ingresos para muchas familias, algunas de las cuales se han colocado en una situación de vulnerabilidad. "A raíz de todo ello, y viendo la urgente necesidad que la pandemia había provocado en muchas familias, especialmente en personas mayores y con pocos recursos, nos propusimos desde Fundación Caja Rural de Zamora y Asezpan (Asociación Zamorana de Panaderos) poner en marcha la cocina solidaria en plena pandemia. Ni en lo más remoto de nuestro pensamiento podíamos imaginar a lo que nos enfrentábamos. Solamente podíamos intuir que era necesario en nuestra ciudad, en la cual estamos y vivimos, y en la que estábamos viendo las necesidades existentes", señala Feliciano Ferrero, de la Fundación Caja Rural.

“Pensamos , hay que hacer algo por esta gente” y nos pusimos manos a la obra. Nuestro objetivo: ayudar a los más desfavorecidos, (que no recibían ninguna ayuda o muy escasa y que estaban incapacitados físicamente por su edad), individuos o familias que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad social".

"En nuestra modestia pensábamos atender a cien personas, explica Ferrero. Sería un objetivo muy importante para nosotros, y como todo objetivo siempre hay que marcarse una meta. Nos pusimos manos a la obra con esa idea: atender a los que tienen dificultades para subsistir, paliándoles la necesidad más importante para todo ser humano y que podía estar en nuestras manos: que tuvieran, al menos, una comida caliente en la mesa todos los días, y ese fue nuestro objetivo".

  A los pocos meses de nuestra andadura, "pensamos que nuestra ayuda se podía complementar con la orientación sobre las ayudas sociales y médicas, ya que observamos que a las personas que atendíamos necesitaban “orientación para la tramitación”, para manejarse, para conseguir descuentos sociales, y creamos el AVA (Área Vital Asistencial). Estamos muy orgullosos de los logros que se han conseguimos para ellos. Jamás imaginamos que pudiera estar pasando esto en nuestra ciudad".

Las firmas promotoras agradecen la colaboración de numerosas asociaciones y entidades, como la Federación de Vecinos Faveza, el Banco de Alimentos, la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, empresas como Moralejo Selección, Carnicerías Melquiades, Embutidos El Turista, Cárnicas Casaseca, Fermín Rabanillo, Majia, Aquona, Helados La Valenciana, Viñedos Montelareina, Eslauto Automoción, Maquinaria Girón o Distribuciones Juan Carlos Gallego, así como particulares como Florencio Prado o Mercedes García.

"Quiero destacar, sobre todo, el esfuerzo, el trabajo y la dedicación de nuestros cocineros, Alberto y Carmen, que día a día se preocupan de que todo esté perfecto, y la comida llegue, en perfectas condiciones y sin demora, a todos los hogares", concluye el balance de la cocina solidaria.