A las nueve en punto de la mañana salieron los miembros de los tribunales a las puertas de los seis institutos de Zamora donde se repartían los diferentes tribunales de las oposiciones de profesores de secundaria. Eran más de dos mil aspirantes (teóricamente 2.063) que optaban a las 137 plazas de las especialidades que tenían como sede Zamora, al igual que sucedía al mismo tiempo a 15.816 candidatos en toda la comunidad que optaban a las 1.401 plazas convocadas. En Zamora sale una media de quince opositores por plaza.

La principal especialidad era Orientación Educativa, con 1.093 aspirantes para 90 plazas, repartidos en los institutos Claudio Moyano, La Vaguada y Poeta Claudio Rodríguez, seguida de Servicios a la Comunidad, con 725 opositores para 20 plazas repartidos por lo que era el antiguo CEI, es decir, el Instituto Universidad Laboral y el centro específico de Formación Profesional “Ciudad de Zamora”.

En el instituto Río Duero se concentraron las dos especialidades de Mantenimiento de Vehículos con 148 aspirantes para 15 plazas y de Organización y proceso de Mantenimiento de Vehículos, con 97 opositores para 12 plazas.

Salvo los que acudían “a firmar”, como se conoce en el argot a los candidatos sin aspiraciones para quienes es obligatorio presentarse a las oposiciones para entrar en las listas de sustituciones, el resto tuvo sesión doble en Zamora, ya que por la mañana tocaba temario y por la tarde el supuesto práctico. De ahí sale una primera criba. Quienes la superen y no caigan eliminados llegan en un momento posterior a la “encerrona”: defender ante un tribunal una programación, con plan de actuación y programa de intervención.

Si el prototipo de opositor se corresponde con gente joven en busca de un futuro laboral, lo que se veía ayer en Zamora no respondía en absoluto al cliché, ya que había personas de todas las edades, fundamentalmente madura, normalmente con trabajo incluso dentro de la enseñanza, muchos de ellos con años de interinidades a sus espaldas que, eso sí, buscaban una plaza fija.

La presencia de opositores llegados de toda la comunidad y en muchos casos acompañados por parejas, familias o amigos, supuso también un importante incentivo económico para una ciudad que, como todas, tiene aún el sector turístico en pañales tras la pandemia.

La importancia de “gestionar las emociones y confiar en ellos mismos”

Los sindicatos de enseñanza extendieron su merchandising a las puertas de los institutos donde los opositores estaban a punto de jugarse su futuro. Era el caso de Javier Bolaños, que hasta hace poco no sabía que existieran algo llamado Servicios a la Comunidad, pero después descubrió que se parecía bastante a lo que había estado haciendo a lo largo de su vida. De la misma especialidad era la burgalesa Angélica Crespo, una enamorada de la especialidad que ya imparte como interina.

La opinión de los opositores

También vocacional e interina es María Ángeles Robles, que llegaba desde Soria en pos de una plaza de Orientación Educativa: “Tengo también Primaria, pero me gusta el trato con los chavales, estar pendiente de ellos. Son edades donde necesitan mucha orientación y este año más, porque ha habido muchos problemas emocionales”. “Bebe” Miguel era preparadora, y llegaba desde Palencia a cargo de 17 opositores: “Es importante gestionar las emociones y confiar en si mismos”.