La juez dejó en libertad con cargos por un delito de tráfico de drogas y otro de defraudación al fluido eléctrico a un joven vecino de Zamora que tenía una cosecha de marihuana a gran escala, compuesta por 777 plantas, en los bajos de dos chalés próximos a la capital, uno de ellos que tenía alquilado y el contiguo, que estaba deshabitado y fue ocupado. La Policía Nacional, que contó con la colaboración ciudadana para localizar la plantación, desmanteló la instalación “indoor” utilizada para producir el cannabis, un sistema que permite acelerar el crecimiento del cultivo que genera un gran consumo de luz eléctrica, por lo que suelen funcionar con enganches ilegales al suministro general, lo que causa un riesgo de incendio.

Además, los dos locales en los que se cultivaba la droga estaban acondicionados para el cultivo hidropónico, un método que usa disoluciones minerales en vez de suelo agrícola, las raíces reciben los nutrientes disueltos en agua con los elementos químicos esenciales para el desarrollo de las plantas. También se hallaron multitud de sacos de abono y fertilización.

La combinación de ambos sistemas para cultivo explican que las plantas incautadas por la Policía Nacional estuvieran “en avanzado estado de maduración, lo que refleja la relevancia de la explotación hallada”, indica la Comisaría de Zamora. El registro de los chalés puso al descubierto una instalación altamente especializada, que contaba con elementos de cultivo de última generación.

La Policía Nacional en el registro de uno de los chalés Cedida

La explotación estaba dividida en dos zonas, una para el crecimiento de esquejes, y otra para el cultivo y almacenaje de útiles, según la policía. La dedicada al cultivo estaba forrada e insonorizada, contando con "todo tipo de aparataje, como reflectores humidificadores y filtros de ozono, todo ello con el fin de exprimir al máximo la producción, así como de evitar ser detectados", agrega Comisaría.

La investigación, puesta en marcha tras la denuncia anónima en la que se indicaba la posible venta de algún tipo de droga en uno de los chalés, incluyó “mediciones del consumo eléctrico, se corroboró que se estaba produciendo un consumo energético muy elevado que pudiera ser compatible con una plantación de marihuana”. Un consumo que no se controlaba por ningún contador al existir un enganchado fraudulento a la acometida general.

En el registro, los agentes hallaron tubos de iluminación, pantallas reflectoras, ventiladores, filtros industriales anti olor y equipos de aire acondicionado, elementos necesarios para acelerar y asegurar el cultivo que al ser de drogas consideradas de menor riesgo para la salud no suelen conllevar el ingreso de los acusados en prisión preventiva hasta el juicio.