El director general de Caja Rural de Zamora, Cipriano García, asumió ayer el rol más reivindicativo frente a los representantes de las administraciones públicas para exigir la puesta en marcha de mecanismos que permitan el desarrollo del territorio y el mantenimiento de la población joven. En pocas palabras, un “Plan Zamora” con el compromiso de todas las instituciones “para materializar el tratamiento de choque que esta provincia necesita”. Para conseguirlo, la cooperativa de crédito tendió su mano y ofreció colaboración hasta el límite de las posibilidades con el único objetivo de revertir las estadísticas demográficas de los últimos veinte años, de las que García dio buena cuenta antes de concluir que Zamora “es la zona cero de la despoblación”.

Caja Rural de Zamora es, desde hace años, uno de los principales motores de la lucha contra la despoblación. Por eso, su presencia en el foro “Razones para quedarnos II” debía ser más que decisiva, al poner ese contrapunto del sector privado frente a las iniciativas, o a la falta de ellas, del sector público. Por eso, quizás, Cipriano García quiso recordar delante de Francesc Boya y de Francisco Igea que siempre ha habido cierta “falta de sensibilidad” con territorios que, como la provincia de Zamora, “pintan poco en el escenario de las políticas nacionales”. Una situación que debe revertirse antes de que sea demasiado harto.

García expuso en este foro sobre despoblación que el territorio “no puede esperar más” para conseguir proyectos de desarrollo. “Ya se ha terminado el tiempo de palabras y estudios; es hora de ponerse en marcha y tener altura de miras”, detalló el director general de Caja Rural. Durante su intervención, el representante de la entidad enumeró una serie de proyectos “que deben ser prioritarios” para ese ansiado futuro que a día de hoy resulta esquivo para Zamora, tales como la conversión de la N-122 en autovía hasta Portugal, la construcción de la Braganza-Puebla de Sanabria, la biorrefinería de Barcial del Barco, la reconversión de las instalaciones de Renfe en un centro de progreso, la silver economy o la habilitación de una discriminación fiscal positiva para las empresas.

Se trata, para Cipriano García, de proyectos “con nombres y apellidos” que deben ser abordados desde el diálogo. “En Zamora tenemos proyectos, tenemos ilusión y tenemos esperanza, pero necesitamos la colaboración de las administraciones públicas con esta Zamora positiva”, indicó. “No somos alarmistas, somos realistas. Y lo único que deseamos es ver prosperar a nuestra tierra”, concluyó.

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