“La primera vez me quedé a las puertas, así que ahora voy a por todas, con el ánimo de ganarme una plaza”. Esa es la actitud que mantiene Ignacio Millán a menos de una semana para presentarse en León a las pruebas de Secundaria en la especialidad de Economía. Este profesor, con cinco años de experiencia —cada curso en un centro diferente de la provincia— dejó el sector de la empresa después de quince años de ejercicio para descubrir que la enseñanza era su verdadera vocación. “Estoy encantado y muy a gusto, me enganchó desde el principio”, confiesa.

Ignacio Millán. Cedida

En estos días está finalizando el curso en el IES Los Valles, de Camarzana de Tera, mientras repasa la materia de la oposición. “Hasta marzo, por el trabajo, no he podido ponerme al cien por cien con el estudio, aunque voy mejor preparado que la primera vez que me presenté”, compara este profesor, quien aspira a lograr una de las 57 plazas que se ofertan en su especialidad, compitiendo contra 696 aspirantes.

También un cambio de sector fue el que experimentó E. L., con estudios de Ingeniería Técnica en el Campus Viriato, hace casi una década. “Fue una alternativa que se me presentó para probar en la enseñanza. Me gustó tanto que seguí hacia adelante hasta hoy”, resume. En su caso, se tiene que desplazar este sábado hasta Soria para presentarse a la especialidad de Organización de Proyectos de Fabricación Mecánica.

Opositores en las últimas pruebas de Secundaria de Zamora. J. L. F.

Asegura que tiene pocas esperanzas de conseguir una de las doce plazas que se ofertan, por lo que reconoce que irá “mucho más tranquila” a realizar el examen. “Yo estoy casada, tengo hijos y trabajo, así que una oposición es complicada de preparar con todas estas circunstancias, puesto que mis prioridades del día a día son otras. Una persona que todavía viva con sus padres, que no tenga cargas familiares y que pueda dedicar todo el tiempo al estudio, nos da mil vueltas”, equipara. Además, con la situación en las aulas por el COVID apunta que mucho de su tiempo se le ha ido en preparar y adaptar las clases y las prácticas a las nuevas circunstancias sanitarias, además de las horas de viaje que cada día tiene que hacer para impartir clases en el Instituto de Formación Profesional de Medina del Campo.

Lo que sí tiene a su favor son todos los puntos de experiencia acumulados desde 2012. “Al principio solo te salen pequeñas sustituciones, pero vas adquiriendo experiencia y puntuación y estos últimos cinco años, por ejemplo, he estado trabajando de manera continua”, destaca.

Malena Castrillo. Cedida

Gran experiencia en la enseñanza —de más de treinta años— tiene por su parte Malena Castrillo, pero quiere consolidarla con una plaza en la educación pública. En esta convocatoria no han salido en Castilla y León plazas para su especialidad, Peluquería, por lo que tiene pensado presentarse a las oposiciones de Madrid. “Mi intención no es cambiar de comunidad para trabajar, pero sí quería coger tablas y experiencia en el examen para cuando salgan las oposiciones en Castilla y León”, argumenta. Será la segunda vez que se presente a estas pruebas, que estuvo a punto de aprobar en la última convocatoria. “Me quedé fuera por dos décimas”, lamenta, al tiempo que critica que esta comunidad “es la única donde en mi especialidad se puede apuntar gente que ha estudiado Biología, Física o Química, en vez de solo profesionales de Peluquería y Estética”. Una pauta que, en última instancia, perjudica a los propios alumnos de FP.

Cristina Lorenzo. Cedida

Primera experiencia de oposición va a ser para Cristina Lorenzo, quien se queda en Zamora para presentarse a Orientación Educativa, una especialidad que oferta 90 plazas entre más de mil inscritos. Justo antes de la pandemia, esta zamorana decidió regresar de Cataluña, donde llevaba una década —primero trabajando como maestra de Música y luego de compensatoria—, para centrarse en las oposiciones. Con estudios en Magisterio, Musicoterapia y Psicopedagogía, este curso se apuntó a una academia en Madrid para preparase mejor y desde el Ecyl le llamaron para trabajar en la residencia del IES Alfonso IX como profesora técnico de servicios a la comunidad, lo que le ha hecho acumular más experiencia todavía en un sector, el de la orientación educativa, donde los profesionales son auténticos asesores en diferentes ámbitos educativos.