El Ayuntamiento de Zamora ha advertido un “exceso de celo” por parte de la Comisión Territorial de Patrimonio en los proyectos presentados por el municipio para su pertinente validación. Así lo ha expresado Francisco Guarido, quien ha asegurado que aborda la situación “desde un punto de vista positivo”, aunque ha pedido al citado departamento de la administración regional que, “sea como sea, las obras puedan salir adelante”. A día de hoy, la capital tiene paralizadas intervenciones como la adecuación del ayuntamiento viejo en sede del Museo de Baltasar Lobo, la sustitución del pavimento del Puente de Piedra o la construcción de un nuevo edificio accesible adosado a la Casa de las Panaderas. “Lo único que queremos es que nos dejen trabar, porque existe un interés público por encima de cualquier otra cuestión entre administraciones”, ha detallado.

El alcalde de Zamora ha dado a conocer la situación que enfrenta al Ayuntamiento de Zamora y a la Comisión Territorial de Patrimonio después de la última comunicación recibida en sede municipal respecto al proyecto del ayuntamiento viejo. “Lo último que nos ha pedido la Ponencia Técnica es que elaboremos un mapa de diagnóstico de la piedra de la fachada. Esto, para hacer una reforma en el interior”, ha expresado el alcalde. “No tenemos inconveniente en hacerlo, a pesar de que es algo que nos desborda y que pudiera parecer que tiene por objetivo retrasar todo; pero, lo que sí pedimos, es que podamos hacerlo de manera independiente a la reforma interior”, ha detallado. Esto, de hecho, lo ha trasladado a la Junta de Castilla y León a través de registro y también mediante una llamada a la delegada territorial, Clara San Damián.

Para entender la situación, Francisco Guarido ha hecho un símil con las obras en las iglesias. “El ayuntamiento viejo tiene protección nivel 1, como cualquier templo románico. Y, cuando en una iglesia reforman una capilla interior, la Comisión de Patrimonio no pide un mapa de diagnóstico de las piedras de la fachada. Pues eso es lo que nos está pasando ahora”, ha comentado Guarido. “Lo que tiene que hacer Patrimonio es facilitar las cosas y ayudar más; puede que no les guste la ubicación del Museo de Baltasar Lobo, pero eso solo es opinable por parte de la ciudadanía, no por ninguna otra administración”, ha añadido.

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido. | Sergio Villar

Junto al ayuntamiento viejo, la capital ha encontrado también problemas en el proyecto de sustitución del pavimento del Puente de Piedra. “Es un proyecto que se remonta a 2017, cuando transmitimos a Patrimonio que debíamos mantener el antiguo pretil como así dictaba un estudio realizado por Francisco Somoza. Nos dijeron que vale, pero que había que cambiar los sillares por enterizos, algo que encarecía el presupuesto; sin embargo, aceptamos”, ha recordado Guarido. No obstante, posteriormente Patrimonio puso en duda que la intervención arreglara los problemas de filtraciones del viaducto y exigió que se le presentara un Plan Director del Puente de Piedra que nunca ha existido. “Se lo transmitimos así, pero ellos insistían en que sí había un Plan Director. Al final, después de muchas idas y venidas, nos creyeron cuando le dijimos que solo había un estudio de Somoza que, en ningún caso, había sido aprobado como Plan Director”, ha apuntado el alcalde.

Y tras este recorrido, el pasado 16 de abril, la Comisión Territorial de Patrimonio informó al Ayuntamiento de Zamora que el proyecto resultaba desfavorable porque había que mantener las barandillas actuales. “¿Cuatro años para decirnos que mantengamos las barandillas? De acuerdo, volvemos a la casilla de salida sin ningún problema, pero es poco serio que después de cuatro años poniéndonos pegas nos vengan con estas”, ha expresado el regidor.

El último de los proyectos que se encuentra en el dique seco por el conflicto con Patrimonio es la construcción del edificio municipal en la trasera de la Casa de las Panaderas. “Llevamos tres planos y ninguno les gusta. A veces dan ganas de volver a tapar el agujero y abandonar”, ha expresado Guarido. El problema, en este caso, es el cubo de muralla que ha aparecido en las catas realizadas antes de la construcción. “Cuando se hizo la última reforma de la Plaza Mayor aparecieron dos cubos de muralla, que se catalogaron y se taparon sin mayor problema; lo mismo con el edificio que hay enfrente de donde ahora queremos construir. Sin embargo, para nosotros todo son problemas”, se ha lamentado el regidor.