Zamora es una de las tres capitales de Castilla y León, junto con Ávila y Soria, en las que la incidencia acumulada del coronavirus en mayores de 65 años se ha reducido a cero. Un hito en la lucha contra la pandemia, pues la campaña de vacunación gestionada por la Junta de Castilla y León ha conseguido que el colectivo más vulnerable, el de los mayores, esté prácticamente libre de virus en la ciudad. Los datos provinciales son algo más elevados, con 15 casos por cada 100.000 personas en dos semanas, pero aún así sitúan a la provincia en nivel bajo de riesgo en este apartado. 

Este dato se ha conocido coincidiendo con una jornada negra, con tres muertes a causa del coronavirus, todas las que se contabilizaron en el día en Castilla y León. Además, estos fallecimientos vinieron acompañados por un repunte en el número de casos que, por el momento, “no es preocupante”, según indicó la consejera de Sanidad, Verónica Casado. La responsable autonómica explicó que la provincia “parte de unos datos muy bajos”, por lo que aún se mantiene en cifras de incidencia notablemente inferiores a la media de la comunidad, con 83 positivos a 14 días por cada 100.000 habitantes.

Sea como fuere, los datos del martes, especialmente el del número de fallecidos, generan un fuerte impacto en una provincia que había registrado seis muertes por COVID en todo el mes de mayo y que, en un solo día, acumuló tres más, una de ellas de una persona de 50 años, para un total de 436 en el Complejo Asistencial desde que comenzó la pandemia. Además, la cifra de contagios de la jornada se elevó hasta 28 después de un fin de semana en el que se sumaron tan solo dos positivos nuevos.

A partir de ahora, las autoridades sanitarias permanecerán atentas a la evolución, aunque todo apunta a que estos datos no impedirán que la provincia rebaje su nivel de alerta a partir del próximo viernes. La decisión definitiva se tomará en el Consejo de Gobierno de mañana, pero la propia Verónica Casado reconoció, en su comparecencia ante la prensa, que Zamora se halla entre los territorios que presentan cifras de riesgo medio, suficientes para descender hacia el llamado nivel dos.

Entre esas estadísticas que muestran que la provincia se mantiene en una situación alejada del riesgo alto destacan la escasa incidencia de casos en mayores de 65 años, con una tasa de cinco positivos por cada 100.000 habitantes en la última semana, gracias a la vacunación, y el vacío de las dependencias hospitalarias, en este caso lamentablemente condicionado también por las luctuosas noticias recibidas en las últimas horas. El Complejo Asistencial carece ahora de pacientes COVID en la Unidad de Cuidados Intensivos y mantiene tan solo a cinco personas internadas en planta.

Por lo demás, la incidencia de casos por municipio sigue mostrando un mapa plagado de zonas en situación de nueva normalidad en la provincia, aunque aún hay pueblos en riesgo muy alto, como Villabrázaro o San Agustín del Pozo, por citar dos de ellos, y los núcleos principales también presentan una incidencia superior a la media provincial, con Zamora, en 108; Benavente, en 151 y Toro, en 115.

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