Un decreto de la concejala de Personal del Ayuntamiento de Zamora, Laura Rivera, acaba de tumbar las vacaciones del centenar de policías municipales que habían entregado las propuestas en marzo, como les exige la normativa, y que cuenta con el visto bueno de la Jefatura del servicio, con el consiguiente malestar y perjuicio de los agentes, algunos con viajes familiares y personales ya programados y pagados. El asunto podría terminar en el Juzgado, según ha podido saber LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

El cese del estado de alarma ha venido a trastocar el cuadrante de trabajo sobre el que fue preciso organizar las vacaciones para tener los turnos de trabajo adecuados en marzo, como se exige cada año por Ley, y adaptados a la era COVID ante las necesidades de una mayor vigilancia y prevención de la Policía Municipal para proteger a los ciudadanos y crear equipos estanco para impedir contagios en la plantilla. El decreto que se difundió ayer mismo, a unos días de comenzar las vacaciones, ha sublevado a la plantilla, que aún esperan el cobro de las horas extraordinarias realizadas durante el estado de alarma, con jornadas laborales que se extendían a 14 horas diarias en turnos de día, un gasto similar al que se genera en años pre COVID, en los que la proliferación de eventos culturales y de todo tipo obliga a trabajar fuera de la jornada laboral habitual, por lo que no se entiende la dificultad para llegar a un acuerdo al respecto.

Las primeras reacciones de la oposición ya se han producido, el equipo de concejales del PP en el Consistorio han mostrado “nuestro apoyo a estos funcionarios, que reclaman lo que es suyo, a los que hay no solo hay que agradecer el esfuerzo hecho en pandemia, pero no puede quedar en un mero agradecimiento, sino que hay pagarles esas horas extraordinarias”, explica Víctor López de la Parte.

Por lo que respecta al decreto que modifica supone, de hecho, retirar las vacaciones acordadas en marzo, el grupo popular critica “la inmovilidad de la concejala de Personal, Laura Rivera, que no es capaz de llegar a un acuerdo, incumplen el acuerdo sectorial y actúa a golpe de decretazo cuando no le salen las cosas. Es una falta de tacto”, agrega De la Parte.