El secretario general de la Fundación Rei Afonso Henriques, José Luis González Prada, participará el 16 de junio en el congreso Razones para quedarnos II, reto demográfico y cooperación transfronteriza”, organizado en el Teatro Ramos Carrión por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Allí realizará una defensa de la necesidad de impulsar la relación entre España y Portugal para dinamizar la economía de los territorios fronterizos.

–¿Qué supone el congreso “Razones para quedarnos II, reto demográfico y cooperación transfronteriza” para la Fundación Rei Afonso Henriques?

–La temática que se trata de abordar, que es el problema de la despoblación y de las oportunidades que puede ofrecer Europa en un contexto transfronterizo, supone una total y absoluta oportunidad. Yo diría que, incluso, es una necesidad. Es verdad que estamos en un momento de inicio de programación comunitaria al que se ha venido a complementar con otras herramientas jurídicas y económicas para atender los efectos de la pandemia. Esto, llevado a lo tangible, significa que hay un plan de recuperación en España de 140.000 millones de euros, y otro de Portugal de mucho menos dinero, entre 15.000 y 16.000 millones. Estamos hablando de cantidades muy grandes, que deberían tener una trascendencia y una aplicación en este territorio de frontera.

–¿Por qué es tan importante este momento actual?

–Nosotros creemos que, en este periodo en el que estamos, conviene reflexionar sobre cuáles son las estrategias que Europa ofrece para la lucha contra la despoblación. Hay que intentar identificar cuáles son los mecanismos financieros para que el dinero llegue y se puedan poner en marcha las políticas. Para que eso sea así, creemos que es muy importante que este territorio de frontera, que es único, tenga muy clara la necesidad de hacer una reflexión conjunta y de definir una estrategia.

–¿Qué tipo de estrategia?

–Creo que debe estar alineada con las grandes directrices del futuro de Europa. Aquí, me permitiría apuntar una, que es el gran pacto verde europeo. Pensamos que ahí este territorio tiene unas oportunidades muy importantes, pero para que salgan adelante hay tareas que hay que cumplir. Opinamos que la cooperación transfronteriza en este territorio no debe ser voluntarista, sino institucionalizada. Hay que utilizar las herramientas jurídicas que ofrece el marco europeo en la actualidad y, a partir de ahí, ser muy reivindicativos pero sobre proyectos concretos. Hay que tener las antenas abiertas y buscar la financiación.

–En este congreso estarán presentes representantes muy importantes de las instituciones implicadas en esta cuestión. ¿Hasta qué punto resulta interesante este foro para que los dirigentes tomen conciencia de que la cooperación transfronteriza es necesaria?

–Yo creo que este encuentro está muy bien planteado, porque los agentes que tienen que participar están todos juntos hablando y tratando un mismo tema. Yo creo que también es muy importante que, desde el sector privado, en este caso desde LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, se busque precisamente entrelazar estas voluntades y se haga también en colaboración con la Fundación Rei Afonso Henriques, que integra no solo a estos agentes públicos, sino también a otras partes interesadas, como pueden ser centros de investigación o de formación superior. En definitiva, lo que Europa nos invita a hacer es un nuevo modelo de gobernanza en el que lo público y lo privado colaboren de forma efectiva. Por eso, yo creo que, en este momento en el que están a punto de ponerse en marcha los fondos del nuevo periodo de programación europeo 2021-2027, o ante la perspectiva de una convocatoria de proyectos de fondos Interreg, este evento es el formato adecuado para reflexionar de una forma cada vez más concreta sobre los proyectos por los que debe apostar este territorio.

–¿En qué situación se encuentran actualmente los municipios de la frontera entre España y Portugal?

–Yo creo que la situación es crítica, y como tal tenemos que tratar de abordarla. Ya se ha terminado el tiempo de las declaraciones de voluntad y de las manifestaciones de interés. Tenemos que pasar a hablar de la definición de una estrategia común a partir del reconocimiento de que, probablemente, el problema de la despoblación es el más importante que tenemos que tratar de atender. Una vez esté definida esa estrategia común, tenemos que hablar de proyectos, y tal vez preguntarle a las instituciones que están presentes qué proyectos están pensando para intentar atajar este problema en este espacio transfronterizo.

–Teniendo en cuenta esta situación, ¿el marco 2021-2027 es decisivo para el futuro de estos territorios? Para el final de ese periodo, puede haber pueblos que ni existan.

–Ese es el riesgo efectivo que tenemos. Este es un territorio que necesita una repoblación, y para conseguir ese efecto de recuperar gente, hay que ver cuáles son las alternativas que existen. Es decir, si la inmigración es o no una opción, y el tipo de inmigración que podemos o debemos tratar de atraer. Aquí, la gente tiene que venir para hacer algo y tenemos que tener esa actividad económica que tiene que ser concretada. Tenemos planteamientos concretos, como puede ser la apuesta de la Diputación por la “silver economy”, y deberíamos plantearnos si eso se puede trasladar al lado transfronterizo; presumo que sí. También hay que plantearse si la apuesta por políticas de economía verde se pueden poner en marcha de forma común.