La diócesis de Zamora aportará nueve piezas a la nueva edición de las Edades del Hombre, que lleva por título "Lux" y que se celebrará de junio a diciembre de este año. Para esta edición 25 se contará con tres sedes: la Catedral de Santa María de Burgos, la iglesia de Santa María del Camino y la iglesia de Santiago, en Carrión de los Condes y, por último, el santuario de la Peregrina y la iglesia de San Tirso, ambas en la localidad de Sahagún.

Con respecto a las piezas zamoranas que viajarán a esta nueva edición de las Edades del Hombre, que tiene como protagonista a la Virgen María se trata de elementos procedentes tanto de la Catedral de Zamora como de las parroquias de Morales del Vino y de Arcenillas, así como otras piezas llegadas desde la iglesia de Cristo Rey, en la capital, del Museo Diocesano de Zamora y de la iglesia de San Sebastián de los Caballeros, en Toro. Entre el material seleccionado por la diócesis se encuentra un Cristo Salvador de la segunda mitad del siglo XIV, policromado posteriormente en el siglo XVII, que va en conjunto con otras dos piezas que representan la Anunciación. Ambos elementos se encuentran en la Catedral de la capital, así como una custodia procesional del siglo XVI, una de las más antiguas que se conservan.

Desde la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en Morales del Vino, se llevará una Virgen de la Leche Coronada por Ángeles, obra de finales del siglo XVI. Se trata de un alto relieve en madera dorada y policromada que ha viajado a anteriores ediciones de esta muestra de arte religioso de Castilla y León. También se adjuntará una tabla de la iglesia parroquial de Arcenillas que representa las Bodas de Caná, obra del siglo XV, una custodia portátil de hierro forjado, dos bustos del Ecce Homo y de la Dolorosa, ambas del Museo Diocesano, creadas por Pedro de Mena y un óleo sobre tabla de La Resurrección, llegado desde la iglesia de San Sebastián de los Caballeros, en Toro.

En la presentación de estas piezas ha estado el obispo de Zamora, Fernando Valera, quien ha destacado a las Edades del Hombre como “una apuesta por la belleza como instrumento de evangelización” y una magnífica oportunidad de disponer de Castilla y León “como destino cultural y turístico y así recuperar el pulso vital de la comunidad”.