“Es una sensación un tanto extraña porque si no fuera por la pandemia estaríamos todos de fiesta y de romería, pero habrá que esperar a ver si ya el próximo año podemos festejar este día tan señalado para Zamora y para La Hiniesta”, manifestaba una vecina de la localidad de La Hiniesta que no dudó en acercarse a la iglesia del pueblo a ver a la Virgen de la Concha, patrona de Zamora, junto a la Virgen de la Hiniesta, en una celebración atípica y marcada por las restricciones del COVID por segundo año consecutivo.

Lo que debería haber sido una jornada festiva y religiosa marcada por la unión de ambos municipios, se limitó a dos misas y el traslado de la imagen de la Concha a la iglesia de La Hiniesta en furgoneta y sin romeros, con la finalidad de evitar el recorrido a pie tradicional y que la imagen pudiera acudir, como manda la tradición, a la iglesia de Santa María La Real de La Hiniesta. Algo muy diferente a la procesión popular que congregaba a miles de personas, pero seguro en estos tiempos marcados por el coronavirus.

La Virgen de la Concha en el altar mayor, junto a la Virgen de la Hiniesta. E. F.

El día comenzaba con la tradicional Santa Misa en la iglesia de San Antolín de la capital. A las nueve de la mañana, decenas de fieles, junto a los hermanos de la cofradía de la Concha, asistieron a una eucaristía con el aforo limitado y en la que se siguieron las medidas sanitarias establecidas para frenar el coronavirus.

Acabada la ceremonia, pasadas las diez de la mañana, se vivió uno de los momentos que, sin duda, se recordará toda la vida. Y es que, por primera vez en su historia, la Virgen de la Concha fue trasladada en un furgón preparado para la ocasión de forma discreta y totalmente tapada para proteger en todo momento la imagen. El niño, la bandera, el pendón y la corona también viajaron en furgoneta a la localidad de La Hiniesta, situada a ocho kilómetros de la capital.

Ya en la iglesia de Santa María la Real de La Hiniesta, declarada en 1944 bien de interés cultural con categoría de monumento, hermanos de la cofradía descargaron a la Virgen de la Concha del vehículo para introducirla en la iglesia. Una vez vestida, la imagen se situó en el altar mayor, junto a la Virgen de La Hiniesta. Puedes volver a ver el vídeo aquí.

Hermanos de la cofradía de la Concha sacan la imagen del furgón. E. F.

A pesar de la amenaza de lluvia, muchos romeros acudieron hasta Santa María la Real. Algunos de ellos, andando desde la capital, como manda la tradición, pero de una forma solitaria y sin la procesión tradicional desde la ciudad hasta la propia iglesia de la localidad zamorana. “Hemos venido desde Zamora andando. A pesar de que no haya procesión ni nada, queríamos seguir con la tradición y venir andando por el recorrido habitual”, declaraban una pareja zamorana.

Miembros de la cofradía de la Concha introducen la imagen de la Virgen en la iglesia de La Hiniesta. E. F.

Tras la llegada de Fernando Valera, obispo de Zamora desde diciembre del pasado año, la Virgen de la Concha salió del templo y se realizó el tradicional baile de pendones bajo la atenta mirada del obispo murciano, de decenas de ciudadanos y de algunos de los miembros de la cofradía. Puedes volver a ver el vídeo aquí.

Ricardo Flecha, presidente de la cofradía, junto a parte de la directiva E. F.

Alrededor de las 11:30 horas comenzó la misa principal con presencia del obispo de Zamora y, al igual que en la misa de San Antolín, con aforo limitado con la finalidad principal de mantener las distancias de seguridad. Terminada la ceremonia, la imagen permaneció en exposición y los fieles pudieron contemplarla hasta las siete de la tarde. Tras el rezo del rosario, la imagen de la Virgen de la Concha volvió de nuevo a su sede en la ciudad, también de forma privada en el vehículo preparado para la ocasión, dando por finalizado así el día de La Hiniesta.

“Salud para otro año”, deseaban desde la cofradía presidida por Ricardo Flecha, que aún no se ha podido estrenar en estas lides desde que tomara posesión de la presidencia de la hermandad zamorana. Algo que también deseaba Francisco Guarido, alcalde de la ciudad de Zamora, en la carta que el regidor zamorano envío al pueblo de La Hiniesta el domingo de cara a la jornada festiva de ayer.

“Este año no intercambiaremos los bastones entre alcaldes que simbolizan la igualdad y la cooperación necesaria entre los pueblos, los nuestros y los del mundo. Pero intercambiamos el abrazo que no podemos darnos y que se darán en el nombre de nuestros pueblos la Virgen de la Concha y de La Hiniesta. Con el esfuerzo de todos volveremos a estar cerca”, comentaba en el texto.

Puedes volver a leer la carta íntegra aquí.

Un primer lunes de Pentecostés en el que todo ha sido muy atípico y diferente, pero que también contó con la presencia de dulzainas y tamboriles en una romería especial, histórica y marcada por las restricciones por el COVID.