En total impunidad. Transcurridos más de cinco años desde que se cometiera el delito medioambiental, la juez ha tenido que absolver a los titulares de la finca colindante denunciados por la Fiscalía Provincial como responsables de la desaparición de 2.600 metros cuadrados de la manga fluvial del río Órbigo a su paso por Benavente.

Diez años han pasado desde que el bosque de ribera quedó sepultado bajo escombros y rastrojos, sin que los responsables de la “mordida” tuvieran en cuenta sus valores medioambientales, su condición de espacio protegido, incluido en la Red Natura 2000, situado en el paraje “Prado Medio”, el mismo en el que está la chopera de los procesados. Tampoco existen pruebas de que los dos investigados hubieran rellenado el cauce del río para ganar terreno al Órbigo y aumentar los metros de chopera de su finca, por lo que no bastaría tampoco con los informes emitidos por los expertos.

La magistrada del Juzgado de lo Penal abunda que, en todo caso, tendría que haber sido la Confederación Hidrográfica del Duero la que obligara a los dos investigados, de iniciales A.S.R. y F.A.S.R., padre e hijo, a reponer la legalidad si existían pruebas para ello, es decir, a retirar los depósitos de escombros y rastrojos para que el río pueda recuperar su espacio.

La magistrada argumenta la prescripción de la infracción penal en su sentencia para justificar la absolución de los dos investigados por la Fiscalía de Medio Ambiente, apoyada en los informes técnicos de la sección de Espacios Naturales y Especies Protegidas de la Junta de Castilla y León, que inspeccionaron la zona en junio de 2018, cuando la ocupación del cauce del río se remonta al año 2008. Los técnicos apuntaban que se había destruido “toda la lámina de agua, de la vegetación y del bosque de ribera”, donde existían “formaciones naturales de galería y bosques aluviales”, que son “hábitat de interés prioritario”, amparados por Ley al formar “bosques de galería de salix alba” (sauce blanco) y “de populus alba” (álamo blanco)”. Tales acciones sobre la manga fluvial destruyeron el hábitat por pérdida de los valores medioambientales”.