Mañana en el Museo Etnográfico (20.15 horas) y el sábado en La Cueva del Jazz (13.00 horas) el zamorano Benito Pascual presenta su nuevo libro de poemas, “Luces buscan sombras”, deseoso de volver a estar en contacto con su público.

–¿Cómo surge este nuevo trabajo, que recuerda en su título a la dicotomía del anterior, “Del agua al fuego”?

–Ciertamente, tiene su relación. Todo lo que he escrito, sea poesía o narrativa, tiene que ver con la realidad, con la naturaleza y los elementos naturales así que tiene una conexión indudable. Es una continuación de esa obsesión o preocupación por lo que me rodea, al fin y al cabo.

–Según usted, “la luz es la protagonista del mundo”, ¿en qué sentido?

–Si cierras lo ojos, dejas de ver la realidad que tienes a tu alrededor. La luz justifica de alguna manera al mundo y esa es la gran tesis, pero, por otra parte, la contraposición, que es la sombra y la oscuridad, también tiene un contrapeso importante. El libro es una especie de reflexión acerca de esa relación antagónica entre ambas y viene, de alguna manera, a definir lo que es la vida, la existencia de una persona. Esa especie de interacción que se establece me parecía muy interesante.

–Los ochenta poemas que suman el libro, ¿son fruto de la pandemia?

–Lo cierto es que cuando terminé el anterior libro, me quedaron fuera algunos poemas y son el germen de esta nueva obra, aunque es cierto que durante la pandemia seguí escribiendo y retocando.

–¿Ha sido complicado inspirarse en tiempos de coronavirus?

–Siendo sincero, en los primeros meses tenía muchísima ansiedad, como la mayoría de las personas, y no escribí mucho. Pero luego, como para mí es un hecho tan natural el escribir, estar más en casa significó la posibilidad de leer y escribir más, acercarme a mi mundo interno. Lo agradecí en ese sentido, pero al principio estaba abrumado por todo lo que estaba aconteciendo.

–Ha escrito novela y microrrelato, pero siempre regresa a la poesía. ¿Qué es lo que le hace volver a este género?

–Creo que la poesía, en comparación con otros géneros, tiene la ventaja de poder surgir en cualquier momento. Yo puedo estar escribiendo poesía sin dedicar tantas horas como a una novela, que requiere una estructuración especial y exhaustiva. Un poema te puede surgir en cualquier momento, incluso en plena noche con un verso en la cabeza. Además, tiene algo de adictivo, puede que sea el género que más difícil resulta engancharte a él pero, en el momento en que coges el gusto, es difícil salir. Yo empecé a escribir poemas cuando era solo un niño, con siete u ocho año y he vuelto con más de cincuenta, lo que significa que la poesía siempre está ahí, agazapada, amenazando con salir. Personalmente, me siento muy a gusto con ella, porque es algo que me acerca a esa parte más oscura e introspectiva de la que, de alguna manera, no me puedo librar y siempre acudo.

–¿Le fue sencillo encontrar editorial?

–Hice un rastreo, les envié el trabajo a varias y creo que he tenido mucha suerte con Editorial Gravitaciones. Comencé a enviar el trabajo durante la pandemia, cuando paradójicamente el mercado editorial estaba parado aunque la gente leyera mucho. No se hacían presentaciones, que es algo muy importante para editoriales pequeñas y autores que no son muy conocidos para el gran público. Algunas se interesaron por mi propuesta, pero en diciembre del pasado año se pusieron en contacto conmigo desde Gravitaciones, vi su catálogo de obras, centrada en las poéticas exclusivamente y me pareció muy interesante. Creo que ha sido un acierto, estoy muy contento e incluso habrá una representación en la presentación del libro en Zamora.

–Hablando de la presentación, ¿qué significa poder volver a estar cerca del público después de tantos meses?

–Estoy esperando ese momento como agua de mayo, nunca mejor dicho, por esa sensación de reencuentro. Voy a ver a gente que hace más de un año que no veo. Todos estamos deseando vernos y masticar cultura. Me acompañará Lucía Gonzalo en el Etnográfico y va a ser muy especial por todo. Siempre es emocionante presentar y compartir un libro, pero en este caso lo será aún más, también el sábado, que será en un espacio abierto, en La Cueva del Jazz.