Castilla y León recicló un total de 46.868 toneladas de residuos de envases de vidrio en 2020, lo que sitúa la aportación de cada ciudadano en 19,6 kilogramos por habitante, un total de 67 envases por persona, con lo que se evitó la emisión de 27.271 toneladas de CO2, correspondientes a la emisión de 12.733 coches durante un año.

Así lo señala, en un comunicado remitido a Ical, la empresa Ecovidrio, que explica que, durante el año marcado por el COVID-19, los castellanos y leoneses depositaron más de 439.744 envases al día en los 17.486 contenedores de vidrio situados en las diferentes poblaciones de la comunidad, con una media de depósito de 305 envases cada minuto.

Por provincias, Burgos lidera el ranking de reciclaje con 24,4 kilogramos por habitante, seguida de Segovia y Palencia con 21 kilogramos por habitante, Soria con 18,6 kilogramos por habitante, Valladolid con 17 kilogramos por habitante, León con 15,8 kilogramos por habitante, Zamora que registra 14,3 kilogramos por habitante, Ávila que recicla 13,1 kilogramos por habitante, y Salamanca con 12,8 kilogramos por habitante.

Además de todo el vidrio depositado en los iglús por los ciudadanos de Castilla y León, Ecovidrio pudo recuperar 151 toneladas de este material a través de las plantas de tratamiento de residuos urbanos de la comunidad, reintroduciéndolas en el ciclo productivo para fabricar nuevos envases. 

Los estudios muestran que durante el pasado ejercicio, los ciudadanos consumieron más envases de vidrio en el hogar y también lo reciclaron con mayor intensidad. No obstante, en términos absolutos, 2020 registró un descenso en las toneladas recogidas a través del contenedor verde de un 7,9%, debido a los cierres y restricciones del turismo en general y del sector HORECA en particular, tan importante en Castilla y León.