La Fiscalía mantiene la acusación contra el suegro del joven benaventano Luis Salazar, que murió degollado en la localidad de Mieres en noviembre de 2019, después de que el único imputado confesara el miércoles durante su comparecencia en el Juzgado, ante cuyas puertas la familia del fallecido pedía “justicia para poder vivir en paz”, que se le juzgue por asesinato y que se busque porque "hay más culpables". La Fiscalía del Principado de Asturias considera que el procesado, de iniciales J. A. F. R., que intervino por videoconferencia desde la cárcel de Villabona ante el Juzgado número 3 de Mieres, acabó con la vida de Luis Salazar “de forma voluntaria, asestándole múltiples puñaladas o golpes con un arma blanca de naturaleza corto-contundente”. El Ministerio Público dejó para el escrito de acusación la concreción de si el crimen fue un homicidio, penado con hasta 15 años de prisión, o un asesinato que conlleva la premeditación y eleva hasta 25 años el tiempo de cárcel.

“Queremos tener un poco de paz"

Cinco de los ocho hermanos de Luis Salazar asistieron a la comparecencia, con gesto de dolor y de angustia por la violenta perdida del menor de la familia. En el Juzgado, al que acudieron otros allegados del fallecido, hubo lágrimas. “A estas alturas ya sólo nos queda el consuelo de que se haga justicia. Queremos tener un poco de paz”, explicaban a la salida del Juzgado. “Actuó como un vil asesino acabando con la vida del padre de su nieto. Luis no se pudo defender y este criminal no ha querido decir lo que hizo con el arma. Fue algo premeditado, algo brutal”, un asesinato con todos los agravantes, incluido el ensañamiento, indicaron. Los hermanos del benaventano siguen confiando en que J. A. F. R. no cargue en solitario con el crimen, “hay más culpables y queremos que todos paguen por el asesinato, porque eso es lo que fue”.

La defensa del único imputado en el crimen reclamó un juicio por homicidio, mientras que la acusación particular es tajante, ya que no entendería un juicio que no partiera de la premisa de que lo ocurrido debe afrontarse como un asesinato, con agravantes.