Zamora circula desde ayer a 30 kilómetros por hora en prácticamente la totalidad del casco urbano. Apenas un puñado de calles se han librado de la reducción de velocidad impulsada por la Dirección General de Tráfico, que busca reducir la siniestralidad en el interior de las ciudades. Son aquellas que cuentan con dos o más carriles por sentido de la marcha en todos o algunos de sus tramos, como la carretera de la Aldehuela, la calle de Salamanca, la avenida de Requejo, la calle de La Hiniesta o Cardenal Cisneros. El resto, mayoría en la capital, son a todos los efectos consideradas “zona 30”, salvo en los casos en que calzada y aceras forman plataforma, cuyo límite ha quedado establecido en 20 kilómetros por hora.

La normativa ha entrado este pasado martes en vigor y las autoridades han querido explicar en qué consiste para que todos los ciudadanos comiencen desde ya a cumplirla. Un acto que ha contado con la participación del subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco; la concejala delegada de Protección al Ciudadano del Ayuntamiento de Zamora, Concha Rosales; el jefe provincial de Tráfico, Eduardo Polo; el capitán del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil, César Gustavo Quijada, y el subinspector de Señalización y Seguridad Vial de la Policía Municipal de Zamora, Luis Concejo.

Ha sido Ángel Blanco quien ha manifestado que el único objetivo de esta norma es el de conseguir “ciudades más humanas, activas y sanas”. Un proyecto para que los niños estén seguros, pero también las personas mayores, que son las que a menudo sufren atropellos en vía urbana. “El riesgo de fallecer a 50 kilómetros por hora es de un 90%, mientras que a 30 kilómetros por hora se reduce hasta el 10%”, ha señalado el representante gubernamental. “Además, hay que destacar que la distancia para detener el vehículo se reduce a la mitad aplicando esta limitación en la velocidad”, ha añadido. Blanco, de hecho, ha asegurado que las experiencias en “zona 30” han reducido la siniestralidad en un 40%.

Un peatón cruza frente a varios vehículos en el parque de La Marina. | Sara Rodríguez

Por su parte, la concejala delegada de Protección al Ciudadano en el Ayuntamiento de Zamora, Concha Rosales, ha defendido que esta reforma servirá para hacer una convivencia más segura entre peatones y vehículos. “Además, coincide con el nuevo modelo de movilidad urbana en el que viene trabajando este equipo desde hace años y que consiste en recuperar espacios para el peatón, aplicar medidas de calmado de tráfico, promocionar medios alternativos de transporte y luchar contra el cambio climático”, ha expresado. En definitiva, se trataría de contar con una ciudad “más amable y más saludable”.

El jefe provincial de Tráfico en Zamora, Eduardo Polo, ha ofrecido los datos que se quieren revertir con esta limitación. “Los números dicen que el 80% de los fallecidos en el ámbito urbano son usuarios vulnerables, como ciclistas, motoristas o peatones; además, el 70% de todos ellos son personas mayores de 65 años”, ha comentado. “Esto quiere decir que las ciudades son lugares donde los mayores corren riesgos y es eso precisamente lo que queremos que cambie”, ha detallado el responsable. La decisión de la Dirección General de Tráfico ha contado con el apoyo de la Federación Española de Municipios y Provincias, que ya pidió al organismo esta reducción, así como ciudades a título individual.

En esencia, lo que implica esta norma es reducir del límite de velocidad genérico en vía urbana desde los 50 kilómetros por hora actuales hasta los 30 para aquellas calles que cuentan con un solo carril por sentido de circulación. El objetivo es minimizar la siniestralidad vial, sobre todo la que afecta a los colectivos más vulnerables; garantizar la fluidez de los desplazamientos realizados en las grandes avenidas de la ciudad y reducir el impacto negativo de la circulación de vehículos en el aire.