Una inocente visita en pareja a Ikea desencadena una auténtica crisis de pareja en “El mueble”, la obra que se podrá ver este viernes (20.00 horas) en el Teatro Ramos Carrión. Sobre las tablas estará Gema Matarranz, actriz que junto con la zamorana Nines Carrascal crearon hace casi tres décadas la compañía Histrión Teatro.

–¿El público se siente identificado con la pareja protagonista de “El mueble”?

–Sin duda. De hecho, al acabar la función, unos se reconocen más con ella y otros con él e incluso con algo de cada uno de los protagonistas. Mi personaje es un poco más insoportable, pero luego se colocan las piezas realmente.

–¿Qué significa tener a Juan Carlos Rubio en la dirección?

–Comenzamos con él en “Arizona” y este es el cuarto proyecto juntos. Ha sido volver a trabajar con un maestro y un amigo.

–¿El fin último de la obra es arrancar la carcajada?

–Completamente. La historia gira desde el humor y las discusiones en comedia se hacen con una absoluta verdad fulminante, pero las situaciones que se crean y las cosas que se dicen están hechas desde el punto de vista cómico.

–¿La comedia es lo que más demanda el público ahora?

–Sinceramente, montamos “El mueble” porque las obras anteriores eran mucho más intensas, así que justo antes de la pandemia nos decidimos por algo más ligero. Yo ahora mismo estoy girando con esta y con “Juana la loca”, “La isla” y “Lorca, la correspondencia personal”, más dramáticas. El público lo que quiere es emocionarse, ya sea por llanto o por risa. Seguro que se agradece una comedia, pero la gente también sale agradecida con un buen trabajo de drama. Te apetece que la gente salga con una sonrisa del teatro, pero lo que cuenta es la emoción lo que cuentas sobre el escenario.

–¿Con qué ánimo sube usted en estos meses de pandemia?

–En el terreno social y de salud yo no he dejado de girar desde el mes de julio, que retomamos la gira, primero al aire libre y después en los teatros. Me he sentido completamente segura y he recorrido lo más grande de todas las comunidades, desde salas pequeñas a auditorios. Siempre cultura segura, por encima de todo. A nivel personal y de empresa, al ser una compañía pequeña de teatro independiente lo vives con la misma zozobra que todo el mundo, porque es nuestra vida y nuestro trabajo, la forma que tenemos de subsistir y todo se ha tambaleado. Ese temor y el desencanto de todo este año está, pero no vamos a permitir que nos coma y nos quite la energía.

Una escena de la obra "El mueble", que se pondrá en escena en el Ramos Carrión este fin de semana. Cedida

–En su larga carrera profesional, ¿esta es la mayor crisis con la que se ha topado, peor que la de 2008?

–Son diferentes, pero personalmente mi crisis más gorda fue cuando montamos Histrión Teatro, porque nos arruinamos. Luego, Nines Carrascal y yo hemos sido hormiguitas. La crisis de 2008 no te la esperabas tan potente como fue y esta, por lo que sea, hemos seguido trabajando. Pero en la cultura se ha producido una sacudida brutal, así que tenemos que seguir peleando y empujado hacia adelante.

–¿Cómo fue montar su propia compañía de teatro, se toman mejor así las riendas de una carrera profesional?

–En nuestro caso, cada una veníamos de diferentes sitios. Yo monté Histrión Teatro y a los pocos meses conocí a Nines y me pareció la compañera ideal para que nos agarráramos de la mano y tiráramos hacia adelante, porque ella lleva toda la parte que tiene que ver con distribución y gestión y yo la parte más artística y de actriz en el escenario. Hemos hecho un tándem que ha funcionado, con nosotras tanto a nivel profesional como personal, porque es mi hermana de alma. Y ahí seguimos desde hace 27 años.

–¿Qué tiene de ventaja?

–Por ejemplo, no tenemos un director artístico fijo, que es el que guía y marca la parte artística de la compañía. Nosotras contratamos las direcciones, las autorías y decidimos lo que queremos hacer en el siguiente montaje. Eso es muy positivo, pero también te tiene en vilo, porque tienes que estar siempre al día y buscando. Pero fue una decisión que tomamos en su día y que ha funcionado, así que estamos felices.

–¿Cómo percibe el futuro del teatro tras el final del estado de alarma?

–Es pronto y este año todavía tenemos la inercia de todo lo que ha pasado a todos los niveles, incluso el económico. Se sigue arrastrando lo que había y la inercia la arrastramos, así que creo que el año duro y que está por ver qué va a pasar es el próximo, aunque es una opinión muy personal. Lo que hay que pensar es en seguir adelante y nosotras ya lo estamos haciendo. Yo tengo la sensación de que el año que viene puede ser más duro, pero realmente no lo sé.