Escombros, restos de cerámica y de rastrojos terminaron por comerse 2.600 metros cuadrados de la manga fluvial del río Órbigo, un bosque de ribera protegido, incluido en la Red Natura 2000 por sus valores medioambientales, situada en el paraje conocido como “Prado Medio”, en el municipio de Benavente. La práctica desaparición del entrante del cauce del río en una parcela de chopos, cultivados para obtener madera rápida, está documentada por los técnicos de la sección de Espacios Naturales y Especies Protegidas de la Junta de Castilla y León, que inspeccionaron la zona en junio de 2018.

Los expertos sostienen que se suprimió “toda la lámina de agua, de la vegetación y del bosque de ribera”, donde existían “formaciones naturales de galería y bosques aluviales”, que son “hábitat de interés prioritario”, amparados por Ley al formar “bosques de galería de salix alba” (sauce blanco) y “de populus alba” (álamo blanco)”. Concluyen que “las actuaciones llevadas a cabo sobre la manga fluvial han conllevado la destrucción del hábitat por pérdida de los valores medioambientales”.

Las acciones penales de la Fiscalía de Medio Ambiente contra los dos propietarios de la parcela, padre e hijo, de iniciales A.S.R. y F.A.S.R., se asientan en dichos informes para exigir una pena de 5 años de cárcel (dos años y medio para cada uno); 3 años de inhabilitación para cada uno para el ejercicio de su profesión como cultivadores de chopos y una multa de 3.240 euros.

Agentes de la Guardia Civil del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y de Protección de la Naturaleza (Pacprona) constataron “labores de explanación” de la manga fluvial en octubre de 2017 y agosto de 2018, visitas en las que observaron “residuos de construcción y demolición, así como restos de poda” en la zona, elementos ajenos al arrastre natural del cauce del río “ordenados encima deliberadamente”, con lo que este espacio natural quedó sepultado, acción que causó que “el ecosistema de ribera desapareciera”, según consta en las diligencias judiciales abiertas contra los dos imputados y juzgados por el Juzgado de lo Penal.

La investigación llevada a cabo para determinar cómo se destruyó esta parte protegida del Órbigo, tras la denuncia interpuesta por el Ayuntamiento de Benavente, indica que los dueños de la finca 5634 de "Prado Medio", destinada al aprovechamiento de árboles de producción de madera, plantaron chopos, como recogen instantáneas tomadas en el año 2006, mientras que los árboles y la vegetación del ecosistema desaparecía “casi en su totalidad” en 2008, sostiene la fiscal de Medio Ambiente.

La acusación pública apunta que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) denegó a los titulares de la finca, en septiembre de 2010, el permiso para levantar una “defensa de tierra y escombros a lo largo de 200 metros” en "Prado Medio", actuación que motivó en junio de 2012, una denuncia de la Guardia Fluvial por haberse llevado a cabo obras en el cauce y zona de servidumbre sin disponer de autorización. El 13 de febrero de 2013 se impone una sanción económica y se insta a reparar el daño, sin que los titulares de la parcela cumplieran con la resolución. Se les volvió a abrir un expediente archivado en diciembre porque restauraron la zona. Pero el “relleno, movimiento de áridos y eliminación del cauce fluvial han continuado”, termina por indicar la Fiscalía.