La eliminación práctica del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, un compromiso de legislatura del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha entrado en vigor hoy tras su publicación en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl), lo que supondrá un ahorro de 35 millones para los contribuyentes.

Esta medida, que establece un sistema fiscal favorable entre familiares directos y que evitará gravar bienes que ya han tributado anteriormente, fue aprobada por el pleno de las Cortes el pasado 28 de abril y supone su práctica eliminación, al reducir al 99% el coste fiscal al que se encuentran sometidas las adquisiciones de bienes y derechos por herencia o donación entre familiares directos, cónyuge, descendientes y ascendientes.

El Bocyl publica hoy la Ley por la que se modifica el texto refundido de las disposiciones legales de Castilla y León en materia de tributos propios y cedidos, aprobado por el Decreto Legislativo 1/2013, de 12 de septiembre y en cuya disposición final indica que es efectivo desde el día de hoy.

Así pues, entre 900 y mil contribuyentes de Zamora se verán beneficiados de la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones para familiares directos y parejas de hecho. El ahorro estimado puede rondar los dos millones y medio de euros, según los cálculos realizados de acuerdo a la recaudación de años anteriores, ya que es imposible a priori conocer cuántas herencias y donaciones habrá en el futuro.

Las nuevas bonificaciones suponen la práctica eliminación del impuesto sobre sucesiones y donaciones para los familiares directos, de manera que en las transmisiones lucrativas mortis causa (sucesiones), el patrimonio acumulado con años de esfuerzo transmitido a familiares directos no sea objeto de una nueva imposición y se resuelva sin pagar prácticamente impuestos.

En el caso de las transmisiones lucrativas intervivos (donaciones), el objetivo es favorecer la transmisión anticipada en el tiempo de bienes y derechos entre familiares directos, permitiendo que la ayuda económica llegue en vida a las familias como un acto de generosidad, o en casos de necesidad o de financiación, sin tener que esperar al momento del fallecimiento.

Esta medida supondrá un ahorro para los contribuyentes de la región de 35 millones anuales. Según la previsión de la Administración regional, esta supresión “contribuirá al crecimiento económico, al eliminar la traba que el pago del impuesto pudiera suponer a la transmisión de los bienes entre familiares directos, al tiempo que ayudará al relevo intergeneracional de empresas y negocios, así como al emprendimiento, sin que el pago del impuesto sea un obstáculo”.