Esta medianoche concluirá el estado de alarma. A partir de mañana, restricciones como el toque de queda o el cierre perimetral quedarán atrás y se abrirá una nueva etapa, con medidas diferentes y pequeños alivios para algunos de los sectores más castigados económicamente por la pandemia. La hostelería, el turismo, los negocios que viven de las fiestas de los pueblos, los propios ayuntamientos, los organizadores de eventos culturales o la propia Iglesia se encuentran entre los grupos afectados por el cambio del marco normativo:

Los hosteleros defienden la seguridad de su negocio

Los bares y restaurantes podrán abrir hasta medianoche desde mañana, pero el presidente de los empresarios de hostelería de Zamora, Óscar Somoza, lamenta “el sinsentido” que pervive en los horarios impuestos al sector. El planteamiento del responsable de Azehos es que los bares son entornos más seguros que “las casas o las peñas, donde se puede juntar la gente sin ningún control”, por lo que la nueva limitación carece de “justificación”.

Somoza critica que las normas vayan en la línea de “legalizar lo inseguro y viceversa”, y vuelve a cargar contra una incertidumbre, que también afecta a los hoteles: “La gente está muy inquieta y nosotros somos el chivo expiatorio”, zanja el presidente de Azehos.

Sin beneficio por ampliar horario

Desde un establecimiento que compagina el ocio diurno con el nocturno, un empresario hostelero reconoce que la gente “está deseando que abran más horas para salir”, pero no considera que la ampliación hasta las doce de la noche sea la panacea para su negocio. “No nos beneficia en nada, porque yo tengo que seguir teniendo a solo seis personas en cada mesa, pero luego ellos pueden seguir la fiesta en sus casas, sin aforo limitado”, este hostelero del centro de la capital. Esas dos horas, para ellos, no significarán más beneficios. “Como bar de copas, seguiremos sirviendo más en las horas de la tarde, por la noche quizá se beneficien los restaurantes y bares de tapas, porque la gente aprovechará seguramente para cenar más tranquilamente, con un margen, o para irse de pinchos, no para tomarse una copa antes de las doce”, razona.

Más positiva le parece la medida tomada por Andalucía, ya que considera que ayuda más a la hostelería en general. “Allí se han ampliado los horarios de apertura hasta las dos de la madrugada y me parece bien, porque, aunque se esté de fiesta, se hará de una manera más controlada que si la gente se la monta por su cuenta”, afirma. Aun así, agradece estos pequeños pasos que se están dando desde la administración. “Poco a poco, por lo menos podemos seguir tirando hacia adelante”, confía.

El sector de las bodas cree que la recuperación será lenta

En el sector de las bodas y los hoteles hay aún cierta reserva, ya que no creen que la apertura del cierre perimetral vaya a suponer de un día a para otro recuperar la movilidad previa a la pandemia. Agustín Lorenzo, del Convento explica que “hasta que no venga gente de fuera no se va a hacer nada”. Miguel Ángel Chica, director del Parador cree que el próximo puente de San Isidro en Madrid puede ser una buena piedra de toque para ver las posibilidades de recuperación, aunque su establecimiento ha seguido trabajando aún con las restricciones. Con respecto a eventos como las bodas, ambos coinciden en que el futuro es incierto: hay mucha gente que ha aplazado las ceremonias y los que se lanzan deben limitar muchísimo la presencia de invitados.

Estado de alarma

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El miedo frena el alquiler rural

Aunque quieren ser optimistas con un verano lleno de reservas en la nueva normalidad, desde la Asociación Zamorana de Turismo Rural, su presidenta Patricia García se mantiene cauta ante las expectativas que se abren con el fin del estado de alarma. “La gente todavía no va a reservar en firme, todavía tenemos que esperar a ver cómo avanza la situación”, asegura, subrayando que los negocios de casas rurales están más que preparados para recibir a sus clientes. “Está claro que la gente tiene muchas ganas de salir, pero otra cosa es el miedo que tienen, que también pesa. Yo calculo que hasta que el 70% de la población no esté vacunada, no volveremos a las cifras de otros años”, considera. Este miedo no existe quizá entre los jóvenes, “pero sí entre los mayores y va a costar quitárselo, porque quieren estar seguros antes de planificar sus vacaciones”, explica García, quien recuerda que el verano pasado los alquileres se circunscribieron principalmente a alojamientos de pocas plazas y piscina particular, “para salvaguardar su privacidad”, razona la presidenta. “Hubo algo de negocio, pero fue mucho más complicado alquilar aquellas casas rurales que son por habitaciones o los grandes alojamientos, ya que el número de personas estaba restringido a solo seis clientes”, indica.

Estado de alarma

El aforo en las iglesias, según las distancias

La posición del Obispado, según la idea del prelado Fernando Valera, transmitida por el responsable de comunicación, Juan Carlos López, es que se van a respetar todos los criterios vigentes hasta la fecha. Conscientes de que en las iglesias “se han hecho las cosas bien”, López indica que el fin de los aforos no implica que se relajen medidas como la de la distancia social entre los fieles, la sustitución del agua bendita por gel hidroalcohólico, las marcas de los sitios que pueden o no ocuparse o la higienización de los espacios después de su uso. “Se mantienen los criterios previos al final del estado de alarma”. De hecho, los criterios de distancia actuarán en la mayor parte de los templos como una restricción del aforo.

Las comuniones, por ejemplo, se llevarán a cabo como estaba previsto, con grupos limitados y los familiares más cercanos. Y lo mismo se espera para otras ceremonias, como las bodas, condicionadas ya actualmente no sólo por el espacio de las iglesias sino también por las restricciones que operarán a la hora de buscar un restaurante.

Aunque es cada parroquia la que organiza finalmente este tipo de asuntos, la idea es que el fin de las restricciones no suponga favorecer conductas que puedan dar lugar a la propagación de los contagios. Y habrá que tener especial cuidado también con celebraciones como las misas de las citas romeras.