“Queremos ser un servicio para Zamora”, apuntó el obispo de la diócesis, Fernando Valera, durante la bendición del nuevo salón de actos del Seminario Menor de San Atilano ayer, que congregó a toda la comunidad educativa del centro y a un buen grupo de religiosos que quisieron admirar el resultado de unas obras de rehabilitación que se han prolongado durante los últimos cuatro años.

Aspecto actual del salón de actos del Seminario de San Atilano. | Sara Rodríguez

Un resultado del que, como anunció el obispo en este acto, no solo disfrutarán los alumnos del centro educativo, sino que se pretende abrir a toda la sociedad zamorana. De esta manera, en las instalaciones se desarrollarán actividades propias del Seminario y de las diferentes agrupaciones que acoge el edificio, además de ofrecerse para realizar cualquier acto cultural de la ciudad que precise de un espacio. “Este lugar quiere convertirse en un servicio para la vida cultural y religiosa de la ciudad”, subrayó Valera, quien anunció que será él mismo quien inaugure estas nuevas instalaciones con su participación el próximo 20 de mayo en las Jornadas de Teología, que normalmente se realizan en el mes de enero pero que, con la pandemia, se han tenido que retrasar unos meses. Él será el encargado de impartir una conferencia que lleva por título “Ver con el corazón” y que se podrá seguir tanto de manera presencial, en este salón de actor, como virtual, a través de la pantalla del ordenador.

El obispo de Zamora bendice las nuevas instalaciones. | S. R.

El obispo de Zamora detalló que las obras de rehabilitación del salón de actos han supuesto para las arcas del obispado un total de 1.000.551 euros, de los que todavía quedan por abonar una pequeña parte. “Se trata de la última fase de una obra muy larga, que se inició hace años para la adecuación del centro educativo”, recordó Valera.

Tras su intervención, tomó la palabra el arquitecto de este proyecto, Claudio Pedrero, quien detalló las fases por las que ha pasado el edificio del Seminario de San Atilano en la década de obras que lleva a cuestas. Todo comenzó con la sustitución de la cubierta, “ya que la teja estaba muy dañada”, recordó, a lo que se añadió la renovación del revestimiento de las fachadas. La segunda fase se centró en la planta inferior del edificio para la adecuación de las cocinas y la construcción de un nuevo comedor, entre otros trabajos. Esta última etapa de obras se ha dedicado a la rehabilitación del salón de actos, pero también a la adecuación de las plantas de uso educativo para adaptarlas a la normativa acústica o de incendios, según explicó el arquitecto en su intervención. “Ha sido un desarrollo lento por un problema de estructura que se descubrió pero todo se ha ido adaptando a la normativa”, finalizó Pedrero.

Tras su explicación, apoyada en numerosas fotografías en las que se apreciaba el antes y el después del edificio, volvió a tomar la palabra el obispo de Zamora, acompañado por el director del Seminario, Pedro Faúndez, para finalizar el acto con la bendición de este nuevo salón de actos que podrán disfrutar todos los zamoranos.