“Soy el hijo de este señor”. El joven de 33 años que llevaba sin ver a su progenitor desde que tenía un año, tras la separación de los padres, irrumpió en el velatorio para reclamar la herencia. Días después de la muerte del padre el 5 de abril de 2019, que había sufrido un ictus, se encontró desheredado de facto por la tía, quien vació la cuenta bancaria en mayo de 2019. Y se quedó con los 57.850 euros que su hermano había ido ahorrando con sus nóminas e ingresos porque así se lo pidió unos días antes de fallecer, indicó.

Un dinero del que no queda rastro, “me lo gasté”, admitió ayer la mujer, de iniciales E.G.A., que se enfrenta a una condena de 5 años de cárcel por un delito de apropiación indebida, juzgada en la Audiencia Provincial, delito que ella justifica porque su hermano “me dijo unos días antes de morir que, si le pasaba algo, sacara todo el dinero para que ese chico no tocara nada”. La mujer reiteró que su hermano “nunca contactó con el hijo” en vida y que ella era la única que le había cuidado desde que sufrió el infarto cerebral. Relató, a preguntas de su abogado, cómo en 2006 había dejado su trabajo y su vida en el País Vasco “para trasladarse a Zamora y cuidar de su madre, que convivía con el fallecido, alcohólico, y otro hijo que era drogadicto”.

La imputada actuó así para impedir que pudiera heredar el único hijo de su hermano, “ese bastardo”, como se había referido el fallecido al hablarle del joven, según apuntó la procesada en la investigación judicial. La tía del joven, para quien la Fiscalía exige, además de los 5 años de cárcel, el pago de una multa 4.320 euros por el delito de apropiación indebida, al igual que la acusación particular, aseguró que extrajo el dinero de la cuenta, de la que era cotitular por decisión de su hermano. Recalcó que ella cumplió con la voluntad del fallecido, que no hizo testamento, y que “unos días antes de morir me dijo que dispusiera del dinero”.

El hijo reclama, asimismo que la zamorana reintegre los casi 58.000 euros a la cuenta del hombre a la que la mujer pudo acceder después de que este la nombrara cotitular en 2018, meses después de ser autorizada en 2017 cuando el hombre enfermó, para que cumpliera con esa finalidad, porque quería que pudiera “cuidar de mi madre, que tiene alzhéimer”, concretó la procesada.

Si algo quedó claro en el juicio que se celebró ayer en la Audiencia es que nunca hubo una relación paternofilial, admitió el propio joven que tampoco conocía a su abuela materna ni a su tía, a la que ha sentado en el banquillo de los acusados. La procesada fue clara a la hora de hablar del sobrino: “el hijo tuvo una ignorancia total de su padre, nunca lo vio”. La falta de afecto era recíproca, como corroboró el joven, que en los 33 años que tenía cuando murió el padre nunca le había visto, si bien “me consta que era muy trabajador”, puntualizó.

Su madre se divorció cuando el hijo del matrimonio tenía un año, tras lo que se trasladó a vivir con el niño a Valladolid, donde este se crió y vivió. Su tía manifestó que ni siquiera había visitado al padre durante el último año de vida del progenitor, cuando cayó gravemente enfermo, tras sufrir el ictus y tuvo que ser ingresado varias veces en el hospital e incluso en un residencia. El abogado de la mujer pide la absolución y, en todo caso, cree que este litigio se debería resolver en la vía civil.

Sobre las facultades mentales del hombre, el médico forense que analizó el historial médico del hombre declaró que "tenía facultades para otorgar" la autorización en la cuenta a su hermana y "su capacidad intacta para comunicarse", así como la "volutiva y la cognitiva", si bien admitió que en algunos momentos de la enfermedad no podía tomar decisiones.

Una compañera del muerto buscó y avisó del óbito al primogénito

Fue la compañera de trabajo de su padre quién comunicó al joven que aquel había fallecido. La mujer sabía de la existencia del único heredero legal del muerto porque “me habló de él, me dijo que tenía un hijo”, si bien declaró que nunca le pidió “búscame a mi hijo” cuando cayó enfermo. Declaró que el fallecido “sabía del chico y creía que estaba bien”, y explicó que pudo localizar al heredero gracias a los datos que los amigos del hombre tenían sobre el joven.

Del mismo modo, indicó que si la hermana de su compañero era cotitular de la cuenta bancaria era “porque yo le dije que la pusiera” y desmintió que la acusada de quedarse 57.850 euros le hubiera atendido con plena dedicación, “iba una vez al mes a verle”. La testigo negó haber tenido una relación sentimental con el hombre, al que dijo haber cuidado cuando había estado enfermo.