La ludopatía que padecía le llevó a ir sacando dinero de las cuentas de sus clientes para jugar, unas cantidades que trataba de reponer pero que finalmente le llevó a deber 207.656,42 euros a la entidad financiera. El acusado, para el que la Fiscalía exige ahora 4 años de prisión tras esta confesión, realizó esta declaración de forma totalmente inesperada, a la que la acusación resta importancia como atenuante porque es la primera vez que admite el delito desde que se descubrió el agujero en febrero de 2019. 

Tampoco da credibilidad a la ludopatía porque no consta un informe específico y amplio ni de los médicos ni de los especialistas, sí de un facultativo privado elaborado en abril pasado, poco antes del juicio celebrado esta mañana en la Audiencia Provincial, realizado ex profeso para la vista oral, según asegura el letrado de la entidad. 

Incapaz de devolver el dinero a la financiera, el que fue director de las oficinas de Mahíde, Villardeciervos y de Ferreras de Abajo ha sorprendido con su declaración ante los magistrados, en la que asegura que ya se lo había dicho a los auditores que descubrieron en febrero de 2019 el descuadre en la contabilidad de las tres oficinas. La acusación particular desmiente esa primera confesión, y pide que la Audiencia no aplique atenuantes de reconocimiento de los hechos y adicción al juego para rebajar la pena de cárcel, que la caja mantiene en 6 años de prisión. 

La defensa alude al trastorno de ludopatía para que se le reduzca la pena a 10 meses y medio de reclusión. Sostiene que el acusado ya acudió a especialistas en 2018 para tratar la adicción al juego y que ese trastorno influye en la conducta y la capacidad volutiva de quienes la padecen. Asímismo, la letrada de la defensa afirma que el imputado ha intentado reponer el dinero, pero está en paro y no tiene recursos económicos.

Una auditoría interna no programada descubrió las sucesivas cantidades sustraídas que el trabajador admite ahora haberse quedado, dos años después de ser detectada la manipulación de las cuentas de sus clientes para quedarse el dinero, hechos que negó en instrucción. La entidad financiera fue la encargada de reponer a los clientes los 207.656,42 euros que su exempleado dice ahora que se jugó. El acusado era el único representante de la entidad financiera en las oficinas de la Carballeda en los tres años en los que se apropió del dinero.