El programa Vacaciones en Paz, que cada verano permite a los niños saharauis escapar de las infernales condiciones de la temporada estival en el desierto para pasar esos meses en la provincia de Zamora, ha sido suspendido por segundo año consecutivo debido a la crisis del coronavirus. Un contratiempo que se suma a la delicada situación que viven los campamentos de refugiados, donde la falta de alimentos está causando estragos entre los menores de cinco años, las mujeres embarazadas y la población mayor de 65 años.

Así lo ha detallado el delegado saharaui en Castilla y León, Mohamed Labat Mustafa, quien ha mantenido este lunes un encuentro en el Ayuntamiento de Zamora con el alcalde, Francisco Guarido. La reunión ha servido para poner encima de la mesa la crítica situación que se vive en los campamentos, así como para zanjar el compromiso municipal de mantener la asignación económica a Vacaciones en Paz pese a que no se vaya a desarrollar.

Labat, por su parte, ha pedido el apoyo a cualquier proyecto o solicitud de ayuda que presenten ONG o asociaciones de amistad con el pueblo saharaui, aunque ha implorado que sean avaladas por la delegación del Frente Polisario en Castilla y León para evitar duplicidades y con el objetivo de dirigir dichas actuaciones “a las cuestiones más urgentes y de mayor necesidad para la población”.

En este sentido, el delegado ha señalado que la urgencia viene motivada por “el incumplimiento del convenio firmado entre Media Luna Roja Saharaui y organizaciones de ayuda internacional como ACNUR sobre la dotación alimentaria en los campos de refugiados”. Una situación agravada por el cierre de fronteras debido al coronavirus.