Europa afronta un escenario histórico. La crisis del coronavirus ha sido un mazazo a todos los niveles, pero también supone una oportunidad para rediseñar el futuro. Un horizonte en el que se apostará por la transformación verde, la conexión digital y las políticas sociales. En este último apartado, el objetivo comunitario es dar voz a los más pequeños para poder ejecutar con destreza y resultados acciones de cohesión social. Y ahí es donde la provincia de Zamora debe encontrar su sitio, dado que el espacio de aprovechamiento es prácticamente inabarcable. El Centro Europe Direct, que gestiona la Fundación Rei Afonso Henriques, se encuentra inmerso en un profundo trabajo de recopilación de información para que este territorio pueda salir lo más beneficiado posible de esta nueva realidad. Y al frente se encuentra José Luis González Prada, quien cree que Zamora está dando pasos en firme para poder transformar la situación y garantizarse el porvenir.

–¿Qué ventanas de oportunidad se abren para Zamora en este nuevo escenario comunitario?

–Lo primero que necesitamos es tener muy claros una serie de conceptos de los que se está hablando, como puede ser el Plan de Recuperación, los fondos Next Generation Europe o las manifestaciones de interés. Europa se encontraba inmersa en el diseño del nuevo marco financiero plurianual 2021-2027 cuando estalló la pandemia, por lo que tuvo que recolocar sus piezas. Ahí aparecieron los fondos Next Generation, a los que hubo que dotar de parte del dinero del marco plurianual porque requerían más urgencia y más agilidad. De esta manera, el presupuesto a siete años queda en 1.074 billones de euros y se dota al Next Generation con 750.000 millones. De estos, España recibirá 140.000 millones, que serán gestionados por el Gobierno con un plazo verdaderamente limitado de tiempo, en solo tres años. Además de esto, estamos inmersos en la agenda estratégica de la Unión Europea 2019-2024. Y, por otra parte, hay que destacar que la nueva política de cohesión de Europa, que sirve para corregir las desigualdades de territorios como Zamora, cuenta con 330.000 millones de euros, de los que 200.400 serán para Feder, que los conocemos muy bien aquí. Es decir, valoramos los 140.000 millones que recibirá España, pero tenemos una gran oportunidad en esos 330.000 millones.

– ¿Y qué hay de las manifestaciones de interés para optar a esos fondos?

–Dentro del Next Generation, el Gobierno de España ha abierto oportunidades para que le trasladen declaraciones de interés. El Ayuntamiento de Zamora, por ejemplo, ha presentado una batería de proyectos. Es correcto y nos parece bien, pero hay que considerar que los fondos son para poner en marcha reformas estructurales que necesita el país, no son fondos para financiar actuaciones concretas. En este sentido, existen cinco objetivos sobre los que trabajar en los próximos años, que son una Europa más inteligente, una Europa verde y baja en carbono, una Europa más conectada, una Europa más social y una Europa conectada a sus ciudadanos. Y en base a estos objetivos, habrá que encontrar los proyectos adecuados, también en función de nuestras potencialidades.

–Por lo tanto, habría que trabajar más en estrategias que en proyectos concretos, como propone el Ayuntamiento.

–Hay que decir que el Ayuntamiento de Zamora está en el camino y sus proyectos se podrán realizar si encajan en esos objetivos. Pero, es evidente que tanto la ciudad como la provincia tienen que tener unas estrategias claramente definidas y alineadas con las de Europa. El Gobierno nos está dando la oportunidad de que le digamos lo que queremos, pero no nos financiará si no encajamos con Europa.

–¿Y la Junta de Castilla y León qué papel tendrá en el reparto de estos fondos?

–De ese montante económico que va a recibir España, la comunidad de Castilla y León recibirá una parte importante a través del Programa Operativo Regional. Sería interesante saber qué propuestas lanzará Castilla y León al Gobierno para que este, a su vez, se las traslade a Europa, con el objetivo de que Zamora aproveche al máximo este programa. Y también conocer cómo Castilla y León ha utilizado su programa Feder en los últimos años. Saber a dónde ha ido el dinero puede ayudarnos a saber dónde hay que ir a pedir.

–El pasado miércoles anunciaba la Diputación que Zamora entraba en los criterios seleccionados por la Comisión Europea para beneficiarse de las ayudas estatales de finalidad regional. Hay muchas campanas al aire, pero el Gobierno todavía no ha dicho que así vaya a ser.

–El Gobierno de España dispone de una serie de recursos propios, aunque sean procedentes de fondos comunitarios, para apoyar este tipo de iniciativas. Y responder a esa pregunta es un tema fundamental. El Gobierno puede utilizar parte del dinero para políticas de despoblación, pero tiene que decidir que así sea. No obstante, lo que tenemos que saber es que hay muchas oportunidades que aprovechar. Hay convocatorias todos los días a nivel nacional, europeo e incluso mundial. Y lo primero que deberíamos hacer es comenzar a pensar de una manera global. Las instituciones deben cambiar su orientación y sus prioridades hacia asuntos de carácter europeo. Es difícil, pero hay que levantar la cabeza y ver el futuro. En ese sentido, Zamora tiene mucha suerte de contar con este Centro Europa Direct, que recopila toda la información. Somos divulgadores del proceso de construcción europea. Pero debemos trabajar de forma más estructurada y competitiva; buscar la coordinación entre administraciones públicas, universidades, organizaciones empresariales y sindicales, medios de comunicación... Europa nos pide cooperación institucionalizada y ese es el camino a seguir.

La Fundación Rei Afonso Henriques, que dirige José Luis González Prada, gestiona también el Centro de Información Europe Direct, que estudia y divulga todas las oportunidades que el marco comunitario ofrece al territorio. | Jose Luis Fernández

–¿La provincia de Zamora está en ese camino?

–Estamos en ello, pero hay que ir dando pasos todos los días. La cooperación institucionalizada está avanzada, pero hay cosas que cambiar. Estamos acostumbrados a que el Ayuntamiento de Zamora y la Diputación sean los agentes del cambio y el futuro de Europa no va solo por ahí. Zamora tiene que potenciar cada vez más la relación con la Universidad de Salamanca y con otro tipo de centros de educación superior. Buscar la permeabilidad, fomentar proyectos conjuntos… Yo soy optimista. La mentalidad ha llegado, pero tenemos que aprender a trabajar de esta manera, como es lógico.

–Con lo cual, lo que le falta a la provincia es coordinación y proyecto.

–Lo primero que tenemos que tener es una estrategia, definir objetivos comunes y tener claro que el espacio de frontera nos da una oportunidad. No podemos estar al proyectito de Interreg. No. Una estrategia podría ser la Silver Economy o la industria agroalimentaria. Que la economía de Zamora se oriente hacia los cuidados de mayores parece una oportunidad auténtica y real. Pero, para que eso triunfe, haría falta un muy buen acceso a Internet que hoy no tenemos. ¿Ofrece Europa convocatorias específicas para dotar a ciudades y territorios rurales de 5G? Sí. Pero, si no lo pides, no te lo van a traer. Y no basta con que lo pidas de manera aislada, sino que tiene que encajar dentro de una estrategia que entronque con los cinco grandes objetivos de los que antes hablamos. ¿Encaja la Silver Economy en el “Green Deal” europeo? Claramente, sí. Pues ahora hay que ponerlo negro sobre blanco.

–¿Y la agroalimentaria encaja en los objetivos?

–Desde luego. Nosotros estamos ahora en Trascolab, un proyecto del sector agroalimentario que habla de la orientación hacia el futuro de los nuevos alimentos. Lo desarrollamos con la Universidad de Salamanca, Brigantia Ecopark y el Instituto Politécnico de Braganza. Este es un sector de futuro y por eso tenemos que definir bien nuestras líneas maestras y analizar alguna más. En general, debemos reconocer dónde estamos, hacer un análisis de los problemas e identificar las oportunidades. Zamora está en peligro de desertización y necesitamos tomar decisiones importantes. Los próximos seis meses serán clave para identificar esas estrategias.

–En verano se presentó a bombo y platillo la Estrategia Común de Desarrollo Transfronterizo, pero nunca más se supo. ¿Ha habido novedades?

–Es verdad que todo ha quedado relegado por la pandemia, pero ha habido avances. Hasta el día de hoy, el programa operativo de cooperación transfronteriza ha estado en periodo de consultas. Y la Fundación Rei Afonso Henriques y otros agentes que trabajamos en esta zona hemos realizado algunas advertencias, cosas lógicas pero que había que señalar. La primera de ellas ha sido incidir en que, para la toma de decisiones sobre este territorio, no se pueden tomar como referencia datos macroeconómicos de NUT2, lo que sería Castilla y León. No, mire, aquí hay otros índices y otras particularidades. Y por eso les hemos trasladado datos del Ayuntamiento de Zamora, de la Diputación y de la Región de Tras os Montes.

–¿Y la segunda?

–Les hemos dicho que nos parece bien que en los programas de cooperación transfronteriza participen territorios adyacentes: que esté Valladolid, que pueda haber un reflejo en Burgos... Pero, oigan, la frontera está en Zamora y Salamanca. No está en ningún sitio más. Así que tiene que haber algún mecanismo en el POPTEC que desarrolle proyectos que redunden en esta zona.

–De lo que se conoce de esa estrategia, tan solo figura Zamora para completar infraestructuras.

–Y eso, si se me permite la expresión, es impresentable. No podemos seguir hablando de la conclusión de la Autovía del Duero o de la conexión entre Braganza y Puebla. Eso deben ser temas superados y tenían que estar ya. Nosotros miramos más a otros lados. Por primera vez, se ha planteado la conveniencia de la coordinación de fondos entre ambos países. Lo que queremos es que los fondos del Next Generation de España, esos 140.000 millones, estén en armonía con los 16.000 millones de Portugal de cara a encajar políticas para nuestra zona.

–Precisamente, esta semana denunció este diario que Valladolid había recibido más dinero Interreg que Zamora en el periodo 2014-2020. Raro, ¿no?

–No tiene sentido. Mi objetivo no es levantar polémicas, pero creo que es importante que las administraciones trabajen cada vez más con los agentes específicos de estas zonas. Esa debe ser la estrategia. Y también creo que debemos ser reivindicativos. Eso no quiere decir que haya que ir contra nadie, sino que tenemos que reivindicar lo que es nuestro y también nuestras oportunidades de futuro.

–La actividad que el jueves desarrolló Europe Direct Zamora con el Real Instituto Elcano incidió en la posibilidad de prestar servicios comunitarios conjuntos en zonas como La Raya de Zamora, aunque para ello hubiera que revisar los tratados. ¿Ve cerca esa posibilidad?

– De las grandes crisis se sale reforzado. Está claro que los tratados necesitan ser revisados y aprovechar las oportunidades que existen. Ahora bien, los actuales tratados ya permiten crear una asistencia sanitaria transfronteriza y que, por ejemplo, un único hospital gestione ambos lados. Es legal, pero no existe. Y eso tiene que ver con la mentalidad. Creo que ahora Europa se enfrenta a un horizonte que puede abrir esas posibilidades. En los próximos tres años vamos a ver hasta dónde somos capaces de llegar. Tenemos que ir a más, pero es cuestión de mentalidad.

–¿Y cómo se puede cambiar esa mentalidad?

–Tanto la ciudad como la provincia de Zamora tienen que empezar a verse como agentes europeos. Y para eso hay que ponerse el traje y empezar a ir a fiestas en las que no solo se habla español. Ese es el camino que tenemos por delante y ya hemos empezado a trabajarlo de una manera coordinada.