Por segundo año consecutivo, la pandemia del coronavirus condicionó a la rogativa de San Marcos en Zamora. A pesar de que este año no haya un confinamiento estricto como sí que lo hubo el pasado 2020 por esta época, las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias no hacen posible recuperar la absoluta normalidad y, debido a ello, la rogativa de San Marcos fue, de nuevo, atípica.

Tras varios encuentros entre el consistorio de La Hiniesta, la Cofradía de la Concha y los sacerdotes, se decidió que la rogativa se celebrara el 24 de abril y no el 25 como manda la tradición. “El número de sacerdotes es cada vez menor y las parroquias que deben atender cada vez son más. Es por ello que nos plantearon la dificultad de realizarla el domingo”, por lo que manifestaron que no podrían celebrar la eucaristía hoy y sí ayer, declaran desde el consistorio de La Hiniesta.

Por consiguiente, la rogativa de San Marcos se vivió ayer de un manera atípica, diferente y especial. A las diez de la mañana, desde La Hiniesta, los vecinos pudieron escuchar el repique de campanas a fiesta. Dos horas más tarde, a las doce, se celebró una misa que contó con aforo reducido y en la que se respetaron todas las medidas sanitarias. Al finalizar la eucaristía, se realizó la rogativa, pero no se pudieron llevar a cabo las actividades habituales. “Esperemos que el año que viene ya lo podamos festejar y que tengamos salud para vivir todo ello”, afirmaba el párroco.

“Es nuestro deseo que la vacunación se muestre como la herramienta más útil para regresar a la normalidad y que nos permita, ya el próximo año, celebrar con absoluta normalidad y una ilusión renovada el hermanamiento de estos dos pueblos”, expresaban desde el Ayuntamiento de La Hiniesta.