El teléfono móvil que se llevó de la furgoneta de una tienda que saqueó en el aparcamiento de un centro comercial de Zamora se convirtió en la mejor trampa, clave para que la Policía Nacional pudiera detenerle e imputarle el robo de la recaudación de la tienda del dueño del turismo y del ordenador que este había dejado en el interior. El delincuente, un habitual de la policía, que acaba de ser condenado a 14 meses de prisión por el Juzgado de lo Penal, decidió trasladar todo el material robado a su propia furgoneta.

El zamorano tampoco contó con que un testigo observaba toda la operación, vio cómo el individuo rompía un cristal de la furgoneta para saquearla y llevarse el dinero y los objetos en su propio turismo, con el que abandonó el recinto, cuyo testimonio fue importante a la hora de identificar al autor del robo y en su detención.

Esta vez, el acusado no se lo puso difícil a la Policía Nacional, ajeno a que el móvil que se llevaba con la furgoneta tenía conectada la aplicación “GPS”. El geolocalizador fue la trampa perfecta, puesto que permite rastrear el teléfono y conocer con exactitud el recorrido que está haciendo quien lo porta y el lugar en el que se encontraba. La furgoneta que conducía tampoco era ajena a los agentes, tras recibir la denuncia disponía del número de matrícula, facilitada por el testigo.

Las pistas permitieron a los agentes localizar al ladrón y su vehículo en tiempo récord, el justo para recuperar el botín y todos los objetos que había robado poco antes. La recaudación del negocio, el ordenador y otros objetos sustraídos fueron valorados en 800 euros, los mismos que deberá ahora abonar al propietario, junto a los 300 euros a que ascienden los daños que provocó en el turismo para poder llevárselo del estacionamiento. El acusado no acudió la juicio celebrado recientemente, que se celebró en su ausencia, en el que la Fiscalía exigió 21 meses de cárcel, y tras el que la juez le condenó por un delito de robo con fuerza.