“Te vi correr”, “Rama rama ding dong”, “Siempre lucharé por tu amor” o “Llueve en mi corazón” son auténticos himnos de finales de los años 80 y principios de los 90 que este domingo (12.30 horas) se podrán volver a disfrutar sobre el escenario del Teatro Ramos Carrión en formato acústico de la mano de Roberto Gil, Isidro Arenas, Amancio Jiménez y Fernando Calderón o, lo que es lo mismo, el grupo Tennessee, que llega a Zamora con esta gira especial de conciertos en teatros para celebrar sus cuarenta años de carrera que, prometen, serán muchos más mientras el público siga a su lado.

–¿Imaginaba cuando comenzó con su primer grupo, Elvis Boys, que iba a seguir sobre los escenarios cuarenta años después?

–La verdad es que una gran satisfacción y alegría, porque estar aquí durante cuatro décadas no es nada fácil y, sobre todo, con una continuidad como la hemos tenido nosotros, aunque, evidentemente, haya habido altibajos, como todo en la vida. Pero lo hemos llevado súper bien, porque, sobre todo, somos amigos y eso es lo que nos ha unido desde siempre.

–Y también su pasión por Elvis Presley, al que dedicaron el nombre del grupo, haciendo honor al lugar donde vivió el rey del rock. ¿Sigue esa devoción?

–De hecho, los Elvis Boys nacieron gracias a su muerte, que fue lo que nos despertó un poco la curiosidad hacia la música y el rock and roll. Después, evidentemente, vinieron otros grupos y estilos de música que también nos llenaron y enriquecieron para poder hacer nuestra música. Pero Elvis siempre ha sido y será nuestro referente. De hecho, en estos últimos años hemos sacado un par de discos en homenaje a los Elvis Boys y al propio Elvis, algo que nos hubiera gustado hacer hace cuarenta años. Estamos súper contentos y Elvis sigue siendo nuestra luz.

–¿Cómo han planteado esta celebración de cuarenta años en la música?

–Sobre todo como una segunda oportunidad, porque el aniversario realmente fue el pasado año, pero por la pandemia no se pudo hacer absolutamente nada. Así que lo hemos retomado con mucha pasión y, sobre todo, trabajando duro. El año pasado estuvimos haciendo también arreglos para banda sinfónica de más de cien músicos para celebrar el aniversario a lo grande por muchas ciudades. Eso lo estrenaremos en el Teatro Real de Madrid con artistas invitados y nuestras canciones adaptadas. Es uno de los proyectos más importantes que tenemos para el aniversario pero, mientras tanto, hemos empezado con esta pequeña gira por teatros, con aforos reducidos. También estamos grabando, porque es lo que sabemos hacer: tocar en directo, componer, grabar y mezclar. Eso es lo que nos gusta.

Nosotros estamos muy satisfechos de ser la banda sonora de miles de personas

–¿Qué verán los fans zamoranos en el Ramos Carrión?

–Se trata de un concierto en acústico con un cuarteto. Somos bastante prolíficos y tenemos varias bandas dentro de la misma banda, podemos desde cantar a capela como con una banda sinfónica o con un cuarteto, como vamos a ir a Zamora, con las mismas canciones de siempre, pero mucho más íntimo. Eso no deja de ser también muy resolutivo a la hora de que la gente se emocione, porque nos ven a los cuatro allí sentados, como los grandes, y a la gente le gusta mucho que seamos más cercanos. En el fondo, nuestras voces es lo que más les interesa y cuando vas con una banda de rock, esos matices de las voces se pierden. Así que a nosotros nos está gustando mucho este formato en acústico.

–¿Qué se siente cuando escucha al público cantar canciones de su época dorada, entre los 80 y los 90?

–Es una sensación orgásmica total. El subirse a un escenario, ver que la gente ha pagado por ir a verte y está ensimismada con lo que estás haciendo, cantando las canciones como locos, más que tú mismo. Esto te pone los pelos de punta en el escenario, al pensar que esas canciones tienen más de treinta años y las están cantando a coro. Eso denota que hemos hecho bien los deberes, no queríamos ser un grupo de moda y parece que lo hemos conseguido. Ser la banda sonora de miles de personas es muy importante y estamos muy satisfechos. Pero aquí no acaba todo, quiero decir que nosotros somos un grupo que estamos muy en forma, aunque ya tengamos nuestra edad, y nos vemos en el futuro con mucho ánimo para nuestra gente, somos un grupo que tenemos proyección en el futuro.

Los componentes del grupo Tennessee Cedida

–¿Se han ido uniendo nuevas generaciones a ese gran grupo de seguidores?

–Se ve a padres con sus hijos y eso es una cosa inédita, comparándonos con artistas de la talla por ejemplo de Raphael o el Consorcio. Vemos que han ido uniendo varias generaciones, nos vemos ahí proyectados y sentimos el cariño de la gente. En estos dos últimos conciertos que hemos ofrecido en Madrid y Valladolid las ovaciones fueron como a los grandes y nos quedábamos sorprendidos, porque no era un concierto de rock and roll al uso, sino un concierto en acústico, haciendo lo que sabemos pero mucho más íntimo, que la gente ha valorado muchísimo.

El secreto de llevar cuarenta años es levantarte todos los días con muchísima ilusión

–¿Qué tiene el rock and roll que resiste el paso de los años?

–Creo que es la base de las otras músicas, desde el pop hasta el heavy o el punk. Nosotros queremos a nuestras madres casi más que a nuestros hijos y es por ser la matriz de todo, como le pasa al rock, que aguanta muy bien el paso del tiempo. Ocurre lo mismo con la música clásica, han pasado siglos y, sin embargo, sigue gustando muchísimo, al igual que la ópera, porque realmente todo eso es cultura y no puede dejar de existir. A los representantes como nosotros, que todavía somos unos románticos y hacemos buena música, creo que nos deberían de cuidar muchísimo más al estar todavía con el rock and roll, porque vivimos en un mundo bastante controvertido y creo que la música que se hace ahora mismo, en general, no dice mucho, a mi modo de parecer. Deberían echar un vistazo hacia los grandes clásicos para hacer buena música.

–La celebración del 40 aniversario se retrasó por la pandemia pero, ¿cómo es ahora ver al público desde el escenario?

–El COVID ha venido, desafortunadamente, para quedarse y eso ha hecho que todo haya cambiado. Pero lo que no ha cambiado son las ganas de la gente de participar y estar activo y ser cómplice contigo en el escenario. El año pasado bien es cierto que cuando dimos los cuatro últimos conciertos en diciembre y paramos, fue muy raro para nosotros vernos a nosotros mismos después de tantos meses con las mascarillas y a la gente y personalmente me , como al resto de la gente. Me sentí bastante mal y se notaba algo encima del escenario, no estábamos tan bien por dentro. Sin embargo, en estos dos últimos conciertos lo hemos normalizado todo, nosotros y la gente. Como el COVID se ha quedado, vamos a tener que aprender a convivir con él. Pero es fantástico ver a la gente cómo canta, no pueden bailar pero sí que pueden aplaudir. Ha cambiado todo un poco, pero nosotros hemos vuelto a la normalidad y a creer en la música y, sobre todo, en ser libres otra vez. Volver aunque sea así a los teatros, nos hace más libres.

Elvis Presley siempre ha sido y será nuestro referente y también nuestra luz

–¿Cuál es el secreto para poder cumplir 40 años sobre los escenarios?

–Sobre todo el levantarte todos los días con muchísima ilusión por lo que te gusta y luchar por ello. Y si hay horas bajas, luchar un poco más si cabe, porque tú crees en lo tuyo. Y eso es fundamental, además de la amistad desde que empezamos en esta andadura, allá en el año 1978. Hemos creído siempre en nosotros, en nuestras posibilidades y en nuestra amistad, y eso es lo que nos ha hecho seguir hacia adelante.