Saben bien lo que se juegan. Expertos en sustraer la cantidad justa de botellas de licor en cada asalto para no terminar entre rejas, apuntan fuentes judiciales. Entrenados a fondo para ello, conocen al detalle el precio de cada marca, de cada unidad que se llevan en sus atracos, generalmente en comercios, también de pueblos, como ocurrió en Zamora. En la localidad Villalpando, solo sustrajeron artículos por importe de entre 300 y 400 euros. En otro robo que se les imputa se llegaron a apropiar de bebidas que superaban en conjunto los 3.000 euros, según la Fiscalía.

Uno de los cuatro procesados atesora 15 hojas de antecedentes penales, el resto también tiene historial por esta clase de delitos porque “se dedican a este tipo de hurtos”, según las fuentes consultadas. Uno de ellos continúa en paradero desconocido, por lo que no ha podido ser juzgado todavía.

Entre sus objetivos se encuentran también supermercados o grandes superficies comerciales. El botín que cada uno de ellos se lleva nunca supera los 400 euros, es la fórmula para sortear el delito de robo que les conduciría a la cárcel tarde o temprano. Por debajo de ese valor, el Código Penal califica esa infracción como hurto, que conlleva solo penas de multa. Y si la cuantía supera en poco esa cifra límite, la pena se limita a unos días de cárcel, que se sustituyen por multas, tal y como permite la Ley.

A pesar de conocer el modus operandi de estos delincuentes, por lo general integrantes de bandas organizadas, es difícil establecer los vínculos con esas estructuras delincuenciales, explican las mismas fuentes. Esa falta de pruebas supone otro obstáculo para aplicar penas más duras, que podrían llevar a su ingreso en prisión por el delito de pertenencia a grupo criminal. Aún en el caso de que, como ocurrió en Zamora, los cuatro procesados estén implicados en la comisión de asaltos en la localidad de Vallalpando en la misma fecha y el mismo comercio, resulta imposible demostrar su vinculación con una red creada para comercializar en mercados negros esos artículos sustraídos por sus integrantes. Las investigaciones en Zamora apuntaban esa posibilidad, pero no fue posible obtener pruebas.

Multas de 354 euros y el difícil cobro de indemnización por insolvencia

La sentencia del Juzgado de lo Penal se ha quedado en la imposición de multas de 354 euros (118 días a tres euros) que sustituyen a los 59 días de prisión que pudo estipular la juez para dos de los procesados en el robo de licores en un comercio de Vallalpando, en los que ambos calcularon mal el botín. Sustrajeron bebidas alcohólicas cuyo valor en conjunto sumaba 489,02 euros. Los otros dos investigados en Zamora se llevaron artículos cuyos precios no superaban en conjunto los 309, 15 euros, por lo que uno de los también juzgados abonará una multa de 90 euros.

El cobro de las indemnizaciones que deben abonar al comerciante perjudicado será de difícil cobro, ya que “suelen ser insolventes”, una circunstancia que causa cierta sorpresa, ya que disponen de abogados de pago, indican fuentes judiciales.

Se cree que los cuatro imputados por estos asaltos podrían pertenecer a una estructura delictiva que tiene dividido el país para cometer los hurtos por un determinado grupo de sus integrantes. Los detenidos en Villalpando podrían pertenecer al “equipo” que se mueve por el norte y el centro del territorio nacional, ya los cuatro arrestados en Zamora residen en Madrid, desde donde intervinieron vía telemática en la vista oral, desde el despacho de sus abogadas.