La Diputación de Zamora aprovechó la cuarta edición de los premios “Talento” para reivindicar su apuesta por la “silver economy” como gran antídoto contra “la cronificación” de la sangría demográfica. En un evento con formato semipresencial y presencia de voces autorizadas en la materia, la institución provincial tuvo la ocasión de unir, además, este argumento con el respaldo al emprendimiento en el medio rural, una cuestión que reclama menos palabras y más hechos que ofrezcan un asidero a quienes deciden poner en marcha su negocio en las cada vez más vacías comarcas zamoranas.

El acto se estructuró en dos partes, ambas moderadas por Manuel Campo Vidal. La primera consistió en una serie de intervenciones de los políticos y los empresarios invitados al evento, que realizaron su particular análisis de la situación social, económica y demográfica de la provincia y que dieron su punto de vista sobre el futuro de la “silver economy” como elemento dinamizador del territorio. La segunda, ya en el tramo final, sirvió para reconocer el talento de los autores de los tres mejores proyectos de emprendimiento vinculados a la economía plateada que se presentaron ante el jurado. Su mérito no es baladí, pues fueron escogidos entre un total de 58 aspirantes.

Pero antes de que se abriera la veda de las charlas y los reconocimientos, el presidente de la Diputación, Francisco José Requejo, quiso lanzar un mensaje bien claro sobre el papel que juega la “silver economy” en su particular estrategia contra la sangría demográfica. En su salsa, entre economía del envejecimiento y los emprendedores, el dirigente de La Encarnación sintetizó así su objetivo: “contribuir a la salud, el bienestar y la felicidad de los mayores, y generar oportunidades de negocio y desarrollo para poner un granito de arena en la lucha contra la despoblación”.

Si todo marcha bien, los avances que prevé la Diputación permitirán “hacer de Zamora una provincia especializada en servicios e industria para la tercera edad”, lo cual obligará a las instituciones a hacer un doble esfuerzo, según Requejo. El primero, para “estimular y apoyar el talento emprendedor” que quiera subirse a este barco; y el segundo, tan modesto como aparentemente difícil de ejecutar, “no entorpecer ni ahogar las ilusiones de los que arriesgan todo a diario”.

El presidente provincial lanzó este mensaje desde el atril en el que pronunció el discurso de inauguración. Minutos más tarde, ya en la mesa, se mostró más contundente a la hora de analizar un panorama que sitúa a Zamora ante la encrucijada de su “ingente pérdida de población”. “Es una situación insostenible a la que se suma un elevado índice de envejecimiento, la baja densidad de habitantes y las rentas exiguas”, reconoció el dirigente de la Diputación, que aportó dos datos que no por conocidos dejan de ser reveladores: Zamora ha perdido un 14% de su capital humano desde 2002; en los próximos quince años, si nada cambia, cederá otro 16%, más que ningún otro territorio en España.

Ante esta coyuntura, el presidente provincial reclamó “medidas correctoras”, principalmente de carácter fiscal, que sirvan para asistir a una provincia con graves problemas de desarrollo. Aquí, Requejo citó también la conectividad y tildó de “frustrante” que muchas empresas eviten instalarse en las comarcas por esta causa.

LUIS FUENTES Y FRANCESC BOYA RESPALDAN LA JORNADA

Tras Requejo, llegó el turno del presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes, un aliado para la Diputación en esta causa, que celebró la consolidación de Zamora como “referente” en el contexto de la “silver economy” y que incidió en la pertinencia de atraer a los jóvenes, otra de esas frases que se repite sin que, en esta provincia, acabe teniendo efecto real: “Las instituciones tenemos que ejercer nuestro papel tractor y colaborar para que haya un envejecimiento activo y de calidad”, zanjó el responsable autonómico.

Más breve fue el secretario general para el Reto Demográfico, Francesc Boya, que apareció en el Teatro Ramos Carrión a través de una pantalla para ofrecer un discurso escueto, sin entrar en detalles y, eso sí, con buenas palabras para el empuje de la Diputación de Zamora: “Queremos que España se llene de proyectos como este”, explicó el representante gubernamental, que abogó por corregir las desigualdades en el territorio.

Los mensajes políticos capitalizaron el arranque de la gala, aunque el protagonismo final recaló en los proyectos ganadores de estos premios “Talento”. El reconocimiento principal recayó en la iniciativa de Manuel Pérez García para impulsar un sistema de prevención del ictus, una idea “muy innovadora” que permitiría controlar distintas variables mediante un nuevo protocolo; el segundo galardón fue a parar a Judit Sastre y Sara Esteban, y a su idea “Creando hogares”, relacionada con servicios de cooperación para atender a los mayores en los pueblos; y el tercero, a Roberto y Adrián, los estudiantes autores de Viveza, un modelo de atención especializada en fisioterapia. Los tres se llevaron el reconocimiento y se aseguraron, junto a los otros cinco finalistas, el acceso a coberturas ofrecidas por la Diputación y Caja Rural.