La romería del Cristo de Valderrey quedó suspendida por segundo año consecutivo por culpa de las medidas restrictivas a las que obliga la pandemia del coronavirus en una jornada en la que los chubascos típicos de la primavera acompañaron a los caminantes que se aceraron a rezar a la imagen y se llevó a cabo la bendición de campos que tiene precisamente ese objetivo, pedir agua para los cultivos.

Bendición de Campos en la romería del Cristo de Valderrey

Bendición de Campos en la romería del Cristo de Valderrey Carlos Gil

“El año pasado fue peor. Al menos este nos podemos reunir a rezar”. Las palabras del capellán, José María Diego, en la misa del Cristo de Valderrey reflejaban lo que fue la celebración del este año, sin romería, pero con un pequeño acto para celebrar la Eucaristía y una bendición de campos sin que el Cristo saliera del tejadillo que protege la puerta de la ermita.

El de 2021 ha sido, como se preveía, un Valderrey atípico, la primera romería sin romería, después de una Semana Santa sin procesiones. “Lo de fuera de la romería nos lo quitan, la fe y la vivencia no” señaló el cura, conocido popularmente como “Chema” en una homilía a la que llegó a las dos de la tarde tras atender las parroquias de Olivares y el Espíritu Santo.

Precisamente desde esa parroquia se trasladó al Cristo hasta la ermita de Valderrey, este año de forma discreta, con el fin de que los paseantes que se acercaron a la pradera a lo largo de la mañana pudieran verlo, y venerarlo, en el altar del pequeño templo.

Fiambreras y bota de vino para el refrigerio. | Jose Luis Fernández

Ni era época y hacía tiempo para demasiada fiesta y salvo algún grupo de hermanos que se llevó la bota de vino y las viandas para compartir un pequeño refrigerio la gente paraba poco este año en la verde y húmeda pradera. Eso sí con el agradable paseo y la veneración del Cristo se suplió como se pudo una romería sin casetas.

José María Diego bendice los campos, flanqueado por Martín Alén e Iglesias Carreño. | Jose Luis Fernández

Se celebró, sí, la misa, con aforo limitado a 32 personas pero que no logró llegar ni a un tercio ya que apenas una decena de fieles, casi todos directivos de la Cofradía, atendieron la homilía del cura en el segundo domingo de Pascua. Previamente en la sacristía se negoció qué hacer terminada la misa: la Cofradía quería sacar al Cristo hasta el cercano crucero junto a la vía, para bendecir los campos y el cura dijo que nada de paseos por el exterior, que no están los tiempos para nada que suene a procesión, aunque sí accedió a utilizar el hisopo con agua bendita para ayudar a la fertilidad del campo.

Misa para una decena de personas en la ermita. | Jose Luis Fernández

Por ello terminada la ceremonia religiosa se sacó el Cristo a la puerta, y apenas traspasado el umbral, sin salir de la tejavana de la entrada, se procedió a bendecir los campos, con presencia del presidente de la Cofradía, Antonio Martín Alén, del pendón que portaba Francisco Iglesias Carreño y con la música de flauta y tamboril de Andrés San José.

Durante la misa, un recuerdo especial a los hermanos fallecidos del año: Antonio Cordero, José Lorenzo, Conrado Eguaras (que fuera histórico presidente de la Cofradía de La Concha), Tomás Lubillo, Vicente González, Antonio Martín Cabañas (padre del actual presidente) y Felipe Mayado, estos dos últimos dirigentes de la hermandad durante décadas.

Y el deseo de que, el año que viene, vuelva a celebrarse la romería con el ambiente que ha tenido toda la vida.