Se trata de una celebración atípica, sin reunirse en el parque de Olivares ni lanzar flores al río Duero. El Día del Pueblo Gitano se tuvo que adaptar a las circunstancias del COVID y se conmemoró ayer con la mirada puesta en los abuelos, colectivo al que quisieron rendir homenaje este año. “Queremos que sea también un sentido homenaje para todas aquellas personas que hemos perdido en este último año, muy especialmente a las personas gitanas mayores, pilar fundamental de las familias, hombres y mujeres de respeto, que han sabido transmitir a las distintas generaciones los valores y el orgullo de la identidad gitana”, pusieron de manifiesto.

Este año se celebraba también el 50 aniversario del Primer Congreso Mundial Gitano, que tuvo lugar en Londres y en el que se adoptaron los símbolos propios del pueblo gitano, como son la bandera azul y verde con una rueda roja —la bandera romaní— y el himno “Gelem, Gelem”. Apuntaron desde la Fundación Secretariado Gitano que en España “se ha tenido que esperar muchos años para avanzar en el reconocimiento institucional, pero, afortunadamente, cada vez más instituciones y personas se suman a esta celebración en un gesto simbólico de reconocimiento a una identidad cultural y a una historia y cultura apenas conocida por la mayoría de nuestra sociedad”, lamentan.

Entre esas instituciones está el Ayuntamiento de Zamora, en cuyo edificio ayer ondeaba la bandera romaní para unirse así a la celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano. “Esta fiesta ha supuesto en los últimos años una importante ocasión para el reconocimiento de los gitanos, su historia, su lengua y su cultura”, apuntaron desde el consistorio. “Es necesario mantener viva esta efeméride como recuerdo y llamada de atención sobre la discriminación que, en muchas ocasiones todavía sufre la comunidad gitana a nivel general”, argumentaron fuentes del Ayuntamiento.