A falta de datos oficiales por parte de Renfe, ha sido Adif quien ha arrojado algo de luz sobre esa “falta de demanda” que ha servido a la operadora para mutilar parte de los servicios que conectaban Zamora con Madrid antes de la pandemia. Ha sido a través de las cuentas anuales de la Administradora Ferroviaria correspondientes al año 2020, donde destacan que la línea Madrid-Zamora registró un descenso de tráfico del 43,2%. Pese a que la crisis del coronavirus está detrás de estas cifras, con un confinamiento de por medio, este guarismo es cuatro puntos superior a la media de reducción de tráfico global medido en tren-kilómetro del conjunto de España, que se situó en un 39%. De hecho, aunque la mala situación es generalizada, Adif tan solo apunta en su balance a las líneas de Alta Velocidad que conectan la capital con Castilla y León, así como a la Madrid-Barcelona-Francia, cuyo retroceso fue aún mayor, de un 44% en conjunto.

Las cuentas de Adif Alta Velocidad correspondientes al último ejercicio ponen de manifiesto el impacto de las restricciones en la movilidad ferroviaria. Ese, de hecho, es el argumento que a día de hoy mantiene Renfe para justificar la eliminación de frecuencias, alegando que “se recuperarán cuando regrese la demanda”. La Administradora Ferroviaria, en su balance anual, explica cómo han bajado sus ingresos procedentes del canon por la utilización de las líneas de la red general. Y es ahí donde apunta directamente a las conexiones con Zamora. “Los mayores descensos se registraron en la línea Madrid-Barcelona-Frontera francesa, con un retroceso del 44%, y en la línea Madrid-Valladolid-León-Zamora, con el 43,2%”, detallan en el informe publicado en su página web. Una reducción motivada, como así añaden, “por un descenso de la producción consecuencia de la crisis del COVID”.

Fruto de este descenso en los ingresos por el canon, que no es otra cosa que el peaje que se cobra a los operadores como Renfe por el uso de las infraestructuras, Adif ha notificado este pasado año un importe neto de la cifra de negocio de la entidad pública se situó en 327,38 millones de euros, lo que representa un descenso del 46,41% en relación con el ejercicio precedente, que se explica por la disminución del tráfico ferroviario vinculado al estado de alarma declarado por la pandemia.

Y mientras todo esto ocurre, desde la provincia de Zamora se han sucedido los pronunciamientos públicos de cara a la recuperación de las frecuencias suprimidas por Renfe. Especialmente, en lo tocante al tren madrugador. La institución más beligerante a este respecto ha sido la Diputación Provincial, que ha ejercido como líder de las protestas de los zamoranos por la eliminación de servicios. Ese tren de las siete de la mañana supone una oportunidad para centenares de zamoranos que viven en la provincia, pero acuden a trabajar a la capital del país. Desde la Encarnación consideran que se trata de un elemento que fija población y a esa tesis se ha sumado recientemente el Ayuntamiento de Zamora, que ha pedido al Gobierno las gestiones oportunas para la declaración de esta frecuencia como Obligación de Servicio Público, además de solicitar el adelantamiento de la salida en una hora, para poder llegar con holgura a Madrid en el caso de quienes tengan allí su trabajo.

El regreso del tren madrugador continúa siendo una incógnita a día de hoy, aunque ni Renfe ni el Gobierno se han cerrado nunca a esa opción. Plataformas como la de Usuarios del AVE de Castilla y León, así como instituciones, continúan en esa lucha.