Consiguió una brillante trayectoria en el mundo de la moda y la confección, que le valió el reconocimiento de todos sus clientes. Hombre conocido en la ciudad, en la segunda mitad de la década de los ochenta se convirtió en presidente de la Cofradía del Cristo de Valderrey, puesto que ocupó hasta bien entrado el nuevo milenio, cuando dio el relevo a Antonio Martín Alén. Felipe Mayado, “Pipe” para amigos y para extraños, falleció ayer en Zamora a los 85 años de edad. Se lleva el reconocimiento a su trayectoria vital y, lo que importa más, el cariño de todas las personas que trataron con él a lo largo de su vida.

Pipe” Mayado era lazarino. Nació ahí, en San Lázaro, en diciembre de 1935. Antes de comenzar su exitosa andadura en el mundo de la moda el zamorano dio sus primeros pasos laborales en un entorno peculiar, la herrería de sus abuelos. Las circunstancias de la vida obligan a la familia Mayado a mudarse a Lumbrales, en la provincia de Salamanca y allí, ante la falta de plazas en la escuela pública, Felipe Mayado empieza a “colaborar”, como él contó en una entrevista a este diario, en la sastrería del pueblo durante varios meses. “Nunca me lo había planteado hasta aquel momento”, recordaría después. “En ese momento me pareció lo más conveniente”.

El empresario regresa a Zamora varios meses después y trabaja, ya como sastre, en distintos establecimientos de la capital como García Casado o Francisco Prieto Bobo. Sin tradición familiar en el gremio, Mayado se establece por su cuenta en San Lázaro, su barrio natal, donde comienza su andadura empresarial. De esto hace cerca de setenta años, cuando “Pipe” acababa de estrenar la mayoría de edad.

Mayado posa junto a su local en una imagen de archivo. | LOZ LOZ

Junto con su hermano Julián, Felipe pone en marcha un taller en la calle de Santa Clara y, ya en 1972, ambos montan una tienda de confección. Entonces Felipe Mayado empieza a ver recompensada su trayectoria con distintos premios en certámenes de moda celebrados a nivel nacional. Trofeos y medallas componen su particular “vitrina” de triunfos, así como el diploma de la Obra Sindical de Artesanía conseguido en 1977 y el premio Alhóndiga de Plata otorgado por Azeco en 1994.

En estas, “Pipe” Mayado era ya presidente de la cofradía del Cristo de Valderrey, ámbito que le sirvió para ganar más visibilidad dentro del panorama social zamorano. Durante su mandato la cofradía se convirtió en lo que los zamoranos reconocen actualmente. Antes de la etapa de Mayado eran pocas las personas que participan en los actos de Valderrey, panorama que empieza a cambiar a finales de los ochenta y, sobre todo, durante la década de los noventa. Suya es la iniciativa de reformar la ermita y suyas son otras iniciativas que situaron a la cofradía en los tiempos modernos.