La Junta de Castilla y León mantendrá las medidas actuales para frenar el avance del coronavirus en la provincia. Es decir, la hostelería evitará, al menos durante esta semana, el cierre del interior de los negocios decretado desde hoy en los municipios de la comunidad con una incidencia superior a 150 casos por cada 100.000 habitantes, pero las restricciones continuarán sin alivios. Eso, a pesar de que los datos dicen que la provincia es el territorio con mejores cifras de toda Castilla y León.

En ese sentido, Verónica Casado aclaró, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno celebrado este lunes, que medidas como el cierre perimetral de la comunidad autónoma o el toque de queda a las diez de la noche se mantendrán intactas mientras dure el estado de alarma. El objetivo de esa rigidez es acompañar el proceso de vacunación con un cuidado extremo para evitar un nuevo avance del coronavirus.

El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, también se mostró muy claro ayer al hablar de este asunto: “Nos queda muy poco, apenas dos o tres meses para estar en una situación muchísimo mejor. Hay que aguantar un poco más para evitar errores que podrían ser fatales”, indicó el número dos del Gobierno encabezado por Alfonso Fernández Mañueco.

En general, los dirigentes de la Junta mostraron un respeto palpable a la hora de hablar de una posible cuarta ola. De hecho, Casado se refirió a “una evolución al alza” en el conjunto de la comunidad autónoma que, de momento, no se percibe en Zamora. Ahora bien, habrá que esperar a los efectos de la Semana Santa para valorar en qué escenario queda la provincia.

Así lo subrayó también la consejera de Sanidad, que aludió al aumento de la movilidad y del contacto social durante el fin de semana de San José y la Semana Santa, aunque se mostró esperanzada ante la posibilidad de que los contagios no se eleven de un modo tan drástico como después de Navidad: “Deseamos que no sea así; de ahí, las medidas preventivas”, deslizó Verónica Casado.

A juicio de la responsable autonómica, esa actitud debe mantenerse “para evitar un crecimiento brusco del número de casos”. “Tenemos que seguir manteniendo la distancia social, porque está en nuestra mano controlar ese ascenso”, insistió Casado.

La consejera de Sanidad dejó patente que ignorar el mantenimiento de la “burbuja doméstica” o acudir a lugares donde se quiebra la distancia social son comportamientos que se deben evitar, aunque también hizo hincapié en que el factor vacuna puede colaborar en la tarea de evitar una cuarta ola tan virulenta como las anteriores: “Tenemos que estar a la expectativa con la situación actual”, apostilló Casado.

En la misma línea, Igea se mostró contenido, pero moderadamente optimista ante la evolución de los datos: “Los números y la comparativa con Europa indican que la incidencia ha crecido pero no tanto como en la tercera ola”, matizó el vicepresidente, que se refirió a “una pendiente mucho menor” y que expresó el deseo de la Junta de que el escenario se mantenga así: “Los datos indican “una movilidad vacacional menor que en Navidades”, añadió.

Sin embargo, el propio Igea aseguró que su zozobra sigue siendo “grande” puesto que “el porcentaje de casos con la cepa británica, que conlleva mayor transmisibilidad y mortalidad como se está viendo en el conjunto de Europa, es muy alto”, por lo que aseguró que “no se puede bajar la guardia ni dar un mensaje erróneo de ausencia de preocupación”.

Por tanto, a la espera de los datos de los próximos días, los zamoranos seguirán bajo las mismas reglas que en días anteriores, y con la esperanza de que el fin se acerque.

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