La alegría de la que se considera la primera romería del año en la provincia, la procesión de Jesús Resucitado y la Virgen del Encuentro que suben desde la iglesia de Santa María de la Horta a la Plaza Mayor para poner el punto final a la Semana de Pasión, se quedó contenida en el templo del popular barrio zamorano este Domingo de Resurrección. El aforo limitado solo permitió a 58 hermanos asistir a la misa, el único acto de la Hermandad de la Resurrección que mira “con esperanza, con ganas de arrancar”, a la Semana Santa de 2022, declaraba ayer su presidente, Josué Crespo, agradecido a la labor de los medios de comunicación que han permitido acercar la celebración a los zamoranos, esenciales el año pasado para “ayudarnos a mantener una ilusión y a vivir los sentimientos religiosos”.
Los más de dos mil cofrades de esta Hermandad viven esta Semana de Pasión, limitada por el COVID, bajo la confianza de que “el año que viene será mejor, podremos volver a celebrar la Resurrección con esa alegría que nos caracteriza, ¡date cuenta de que se nos conoce como la Hermandad de la Alegría”, subrayaba Josué Crespo. Desde el recuerdo de un 2020 que “fue peor”, sin poder siquiera acudir a un acto religioso como ha permitido la situación actual, el presidente explicaba que se decidió no trasladar al Cristo Resucitado y a la Virgen del Encuentro o de la Alegría desde el Museo de Semana Santa, donde están todo el año, hasta el pequeño templo románico para preservar su integridad. Varas y los estandartes de la Hermandad permanecieron en el altar de la iglesia durante la misa.
Los disparos que cada Domingo de Resurrección despiertan a la ciudad para anunciar el encuentro del Cristo y la Virgen de la Alegría en la Plaza Mayor tampoco retumbaron ayer en la capital. Las calles de los Barrios Bajos por las que discurre la procesión de esta primera romería zamorana, la subida de la imagen de Jesús Resucitado por la calle de Balborraz hasta la Plaza Mayor, y de la Virgen por de Santa Clara, tendrán que esperar otro año más.
La algarabía que el COVID ha postergado dio paso al recogimiento obligado de los hermanos, que evitaron organizar más actos “por miedo, porque no queríamos que se congregara mucha gente”, indicó Crespo. La Hermandad celebró otra misa por los hermanos ausentes el tercer domingo de Cuaresma.
