Se esperaban más incumplimientos de las normas de seguridad COVID de las registradas por la Policía Municipal en Zamora ante la importante afluencia de público en esta Semana Santa, de modo que “los ciudadanos se han comportado. Han disfrutado lo que han podido y, sí, han observado las medidas” estipuladas por la autoridad sanitaria, declaraba la concejala de Seguridad Ciudadana en el Ayuntamiento de la capital, Concha Rosales.
Desde su reconocimiento a “una conducta muy satisfactoriamente sorprendente”, la edil de IU hacía un balance “aceptable” de la actitud de los ciudadanos en estas jornadas en las que ha habido escasas denuncias por no llevar mascarilla, por no respetar el toque de queda y sin apenas incidentes en la vía pública y en establecimientos hosteleros o en los domicilios.
No obstante, La madrugada del Domingo de Resurrección sumó una nueva denuncia a un bar en la calle de Blas de Otero por continuar sirviendo a sus clientes a las 00.44 horas, lo que deja en tres las infracciones de este tipo de negocios. En este caso, los agentes municipales detectaron el local abierto mientras patrullaban. Las otras dos denuncias tuvieron lugar el Viernes Santo, con el desalojo de 35 personas de una discoteca de la calle del Pinar que celebraba una fiesta ilegal; y la impuesta a otro bar de Blas de Otero, a las 19.50 horas, por organizar una actuación musical y sobrepasar el aforo con la asistencia de 35 personas. Las sanciones recaerán solo sobre los dueños de los negocios, puesto que los clientes llevaban mascarillas y mantenían las distancias.
El Sábado Santo la Policía Municipal pudo identificar a cinco adolescentes y a un mayor de edad que venían arrojando piedras varios días desde los miradores del parque del Castillo hacia la calle de la Vega. Los agentes retuvieron al grupo de amigos y llamaron a los padres para comunicarles el incidente. La denuncia pasará a los órganos judiciales pertinentes para establecer la sanción a imponerles.
La jornada de ayer, Domingo de Resurrección, se desarrolló sin incidentes reseñables, en un día primaveral en el que las aglomeraciones volvieron a las calles de la capital y a los paseos de las riberas del río Duero y al bosque de Valorio, donde la Policía Municipal tuvo que intervenir para disolver a grupos de más de seis personas que disfrutaban de la tarde soleada.
