A pesar de una Zamora atestada de gente durante esta Semana Santa, la situación contrasta con las referencias aportadas por el sector turístico, que mantiene que seis de cada diez negocios se encuentran cerrados durante este periodo festivo para minimizar el desajuste económico en una Semana Santa que hace meses que dieron por perdida. Y es que, el cierre perimetral, a juicio de los hosteleros zamoranos, es una medida que actúa como “elemento disuasorio” a la hora de preparar viajes de los que otros años se beneficiaba la provincia. Especialmente, de quienes decidían venir desde Madrid.

A día de hoy, la provincia tan solo puede recibir turismo de interior de otros residentes en Castilla y León que, a menudo, practican un viaje de ida y vuelta en el mismo día, sin pernoctación. Una problemática que ha lastrado las aspiraciones de un sector al que le está costando levantar cabeza desde el inicio de la pandemia.

Pese a todo, la imagen de la ciudad no es la de otras semanas de Pasión, pero se le aproxima demasiado. Una elevada cantidad de gente en la calle que cada vez preocupa más a las autoridades, que hacen una nueva llamada al orden.