La hostelería de Castilla y León -y Zamora- intentó forzar una apertura hasta las once de la noche durante la Semana Santa, y ampliar así el margen para sus negocios al mismo nivel que otros puntos de España. Hay que recordar que el toque de queda plantea un cierto margen, pero el Gobierno de la Junta siempre se ha mostrado entre los más prudentes, por lo que los establecimientos de Zamora y de las otras ocho provincias tendrán que cerrar a las diez, a la hora en la que los ciudadanos también deben regresar a sus casas.

En ese sentido, el presidente de Azehos, Óscar Somoza, lamentó que la noticia de que el cierre podría haberse adelantado a las ocho provoca que el mantenimiento de esta medida a las diez se vea como un mal menor, pero para el representante de la hostelería se trata de “una victoria pírrica”.

En todo caso, Somoza sí reconoció que algunos de los negocios que están abiertos sí están funcionando “más o menos bien en algunas horas”, una circunstancia que se habría visto muy dificultada en el caso de que el Gobierno y las comunidades autónomas finalmente hubieran optado por el cierre a las ocho.

Sea como fuere, Somoza aseguró que todos los negocios viven “con la incertidumbre del día a día”, sabedores de que, como ha reconocido algún dirigente de la Junta en los últimos días, las restricciones pueden cambiar en cualquier momento, siempre en función de la incidencia del virus.