La semana pasada se anunciaba que el colegio San José se unía al que la Fundación Trilema tiene en Zamora capital, para crear un solo centro, manteniendo tanto el número de alumnos como el equipo docente. La presidenta de la fundación, Carmen Pellicer, se acercaba a Zamora para explicar de primera mano este proyecto educativo tanto a los profesores que se unen como a las familias.

–¿Qué supone la fusión del colegio San José con Trilema en Zamora?

–En primer lugar, hay que dejar claro que la fusión no es un cierre, porque un colegio no son las piedras, sino las personas. El acuerdo al que hemos llegado con la Junta de Castilla y León ha sido el del mantenimiento de los dos claustros, de modo que se traslada el edificio, pero no desaparece el personal. Así que siguen los mismos profesores y el claustro al completo del colegio San José. La razón de esta fusión es porque la bajada de natalidad afecta a la matrícula, especialmente de educación infantil, y pone en riesgo el concierto educativo de los dos centros. Así que esto es una manera de unir fuerzas para crear un proyecto fuerte, con suficientes alumnos, que garantice en tiempos tan difíciles para los conciertos la pervivencia de las dos instituciones.

–¿A qué cree que se debe la intranquilidad de algunas familias al conocer la noticia?

–Nosotros entendemos que la noticia fue una sorpresa. Evidentemente, muchos de los padres son antiguos alumnos y hay un vínculo afectivo con el colegio. Esto en un primer momento no es fácil y es algo totalmente comprensible. Pero sí que es verdad que las dos instituciones tienen sintonía en muchas cosas. Las dos son escuelas católicas, así que el ideario se va a mantener, inspirado en los valores del Evangelio. Nosotros no somos una entidad religiosa, pero nuestra escuela es confesional y participamos desde hace muchos años en la Pastoral de Escuelas Católicas a nivel nacional. Creo que tenemos un proyecto basado en valores cristianos y en todo el humanismo cristiano, además de un plan pastoral precioso que yo invito a conocer.

–Así que el Obispado de Zamora puede estar tranquilo con respecto a los valores que van a seguir recibiendo estos alumnos, algo que reivindicaban en el comunicado que publicaban tras conocer el cierre de San José.

–Trilema Zamora es una escuela católica y tiene una excelente relación con la diócesis de aquí desde los inicios. De hecho, hemos tenido varios sacerdotes colaborando y el actual profesor de religión es cura. Hemos colaborado y colaboramos en todas las actividades no solamente de la diócesis, sino, de una forma muy activa, de toda la Iglesia española en muchos proyectos, tanto de voluntariado como de cooperación internacional o proyectos pastorales. En ese sentido, pueden confiar plenamente en que mantendremos la identidad católica de la escuela. La Iglesia también afronta en este siglo una crisis vocacional que está haciendo que los laicos tengamos que asumir muchas responsabilidades y no es una transición fácil, porque la crisis de vocaciones también entristece a toda la Iglesia. Pero es verdad que eso también implica que los laicos tenemos que coger el testigo y ser nosotros los que llevemos adelante los proyectos educativos que permiten y que contribuyen a la evangelización, como bien recuerda el papa Francisco en múltiples ocasiones.

–¿El sistema de aprendizaje sí que cambiará, con la metodología que se imparte en Trilema?

–A nivel pedagógico, es verdad que Trilema se caracteriza por estar muy involucrado en el ámbito de la innovación, pero también en San José, donde hacen muchas cosas en esa misma sintonía, así que creo que los alumnos van a disfrutar de la continuidad del proyecto y no será en ningún caso una ruptura. Sé que ha habido rumores de que en Trilema no usamos libros o que no hacemos exámenes, pero hay que tener serenidad y conocer bien el proyecto, por lo que estamos abiertos a contestar todas las dudas que se nos planteen. Tenemos un modelo muy riguroso que ha tenido muchos premios internacionales y reconocimientos. Además, está validado por varias universidades y goza de muchísimo prestigio, así que el nivel académico es excelente. Creo que en eso no hay duda. Tenemos exámenes y usamos libros de texto, así que los niños no van a notar una ruptura con el proyecto educativo.

–¿Se ha pensado en hacer una transición en este sentido?

–En estos momentos nosotros hemos asumido ocho colegios y tenemos una red de 52 centros de todo tipo, desde escuelas públicas a privadas, además de tres institutos y también centros en América Latina. En todos ellos, la impresión y, desde luego, la motivación del alumnado ha mejorado con la implantación del modelo educativo. Así que yo pido un poquito de paciencia y de confianza, porque no hay que olvidar que la fundación está formada profesores y todos los cambios, propuestas y metodologías que utilizamos siempre las usamos porque vemos que nuestros alumnos mejoran y que además disfrutan mucho aprendiendo. Y eso creo que pasará también cuando pasen estas primeras semanas en Zamora. Con un poco de tiempo, al final los niños serán los mejores embajadores de nuestro proyecto y creo que es bueno que las familias den una oportunidad para que sus hijos disfruten. En estos meses de transición vamos a trabajar conjuntamente los dos claustros, así que esa transición será muy fácil.

–¿Qué aporta el traslado a las instalaciones de Trilema?

–Podíamos haber hecho al contrario, pero en este caso ha primado que las instalaciones de la Diputación son tremendamente espaciosas y además acaban de instalarnos la calefacción. Tenemos un campo de fútbol, dos canchas de baloncesto y un patio especial para Educación Infantil. Los espacios al aire libre son impresionantes y disponemos de dos edificios muy amplios, que tiene muchas aulas para permitir los desdobles de los grupos sin ningún problema. Además, en tiempos de COVID, cuando todo esto es imprescindible. Y mucho nos tememos que el curso que viene tendremos que seguir trabajando con distancia de seguridad, así que estas instalaciones son las adecuadas para que este proyecto pueda seguir creciendo.

–¿Qué destino tendrá el edificio del colegio San José?

–No lo sabemos, en principio es un tema de las hermanas, que siguen en Zamora, ya que tienen otro centro. Creo que su principal preocupación, que era muy loable, era proteger y mantener los puestos de trabajo del personal a medio plazo y eso se ha conseguido.

–¿Qué camino queda ahora por recorrer hasta el próximo 1 de septiembre, cuando dé comienzo el nuevo curso escolar, ya con la fusión de ambos centros?

–Nuestra intención es empezar a trabajar desde ya conjuntamente. Una de las características del proyecto de Trilema es una inversión en la formación del profesorado, así que nuestra intención es hacerla conjunta y empezar a trabajar con los dos equipo directivos, también para ir diseñando todo el curso que viene y fomentar, en la medida que el COVID lo permita, actividades para que los alumnos también puedan conocerse mutuamente. Esperamos que algunos de ellos pasen a nuestra Secundaria, porque San José no tiene esta etapa y creo que una de las ganancias de este proyecto es que estos estudiantes puedan seguir juntos, sin perder a sus amigos al hacer la Secundaria, en las instalaciones de Trilema.

–¿Qué recomendación les hace a los padres?

–Yo les invito a que se acerquen al colegio de Trilema, no solo por ver las instalaciones, porque las piedras no son lo importante, sino sobre todo para poder dialogar con los equipos directivos y el profesorado y conocer más a fondo todo nuestro proyecto, solucionándoles las dudas que tengan de primera mano.