El obispo de Zamora, Fernando Valera Sánchez, invitó ayer a todos los ciudadanos a centrar sus esfuerzos en buscar “la oportunidad en tiempos difíciles”, en afrontar “los nuevos retos” al lado de una Iglesia “capaz de mirar al futuro, y a ver una oportunidad en todas las cosas, para vivir y para seguir adelante”. Y tomar, así, el testigo de los cristianos de los siglos X y XI que consiguieron recomponer la diócesis después de que la provincia “es arrasada por los musulmanes y pierde toda su identidad”.

El prelado, al inaugurar la exposición permanente que acoge la Catedral, “Raíces con esperanza”, hasta el 19 de marzo de 2022, para recorrer los 900 años transcurridos desde la restauración de la diócesis zamorana, hizo suyas las palabras de Santa Teresa. Y lo hizo para referirse a los “tiempos recios” que vive hoy la sociedad y destacar que “no son impedimento para caminar, para profundizar, para desarrollar nuestra vida, nuestra experiencia de fe y, por tanto, nuestra experiencia eclesial en la diócesis de Zamora”, concluyó.

Valera Sánchez se remitió al contenido de la muestra y su título para detenerse en el desafío que la comunidad católica tiene para continuar su camino en este Año Jubilar con esperanza, desde “una Iglesia que tiene hondura, que tiene profundidad, que tiene vida, capaz de mirar al futuro sabiendo que está en las manos de Dios, y nosotros somos colaboradores de la obra de sus manos”.

En estos tiempos difíciles, para encarar ese reto, los cristianos deben hallar “una oportunidad para crecer, para mirar adelante, para vivir desde el primado de la gracia del Señor”, una posición desde la que hizo un llamamiento para “vivir con alegría nuestra experiencia cristiana”.

El deán de la Catedral y responsable de Patrimonio, Rivera de las Heras, explica la muestra. | Nico Rodríguez

En el breve discurso de inauguración de la exposición, el obispo quiso lanzar ese mensaje de esperanza desde el ejemplo de aquellos cristianos que supieron devolver a Zamora su diócesis, cono recoge el panel titulado “Tiempos difíciles”, el tercero del recorrido “histórico-pedagógico” desarrollado por el deán de la Catedral y delegado diocesano de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras, que hizo una breve reseña ante los medios de comunicación, y explicó su contenido al obispo y a los integrantes del Cabildo catedralicio. Minutos antes, el máximo responsable de la Iglesia en Zamora había instado a los zamoranos a “vivir la Semana Santa” como un periodo destacado para los católicos, “la semana más importante del año litúrgico”, aunque sin olvidar las recomendaciones sanitarias para impedir que se propague el coronavirus.

Como ya recordó al inicio de la Cuaresma, el obispo reiteró que es preciso “ser cuidadosos con todas las normas sanitarias, podemos hacer todo lo que se pueda, pero con respeto estricto a la distancia social, a los aforos, a lo que conlleva. Seremos escrupulosos en ese sentido”, subrayó “porque la salud hay que cuidarla, la vida y las relaciones, pero también nuestra experiencia celebrada de fe”.

La muestra titulada “IX centenario de la restauración de la diócesis de Zamora” sobre la historia de la diócesis, coincide con el Año Jubilar extraordinario solicitado por Valera Sánchez con motivo de la efeméride, “un año de gracia, sobre todo para la misericordia, para lanzar un mensaje de perdón, de acogida, de apertura al espíritu del Señor”.

De las Heras se encargó del lado histórico, de recordar que en casi cien años después de que San Atilano fuera nombrado primer obispo de Zamora, en el año 988, las tropas de Almanzor arrasan la ciudad y “la sucesión episcopal interrumpida y la diócesis a ser pastoreada por el Obispado de Astorga. No hubo ni diócesis ni obispo propios” hasta el año 1020 cuando Bernardo de Perigord fue nombrado prelado, como recoge la muestra.