Los beneficiarios de las prestaciones por dependencia bajaron por primera vez desde que se pusiera en marcha el sistema, en 2016, en la provincia de Zamora, precisamente en el año de la pandemia, donde se ha mezclado la crisis sanitaria con un incremento de fallecimientos, restricciones a la movilidad y más dificultades de acceso a los servicios públicos.

Así, si 2019 acababa con más de 10.800 beneficiarios de las prestaciones por dependencia en Zamora 2020 terminaba con 10.694, es decir, 167 personas menos, y eso que a partir de septiembre, cuando se llega al “suelo” de perceptores y empieza de nuevo a remontar, la provincia llegaba a perder hasta 381 con respecto a las cifras con las que acabó 2019.

Y no es que Zamora sea una provincia especialmente difícil para percibir las prestaciones por dependencia. Bien al contrario, según señaló la delegada territorial de la Junta en Zamora, Clara San Damián durante su reciente comparecencia en las Cortes, ”en Zamora las personas dependientes con derecho a prestación la reciben en el 99,89% de los casos, (porcentaje superior a la media nacional que es 82,88 %)”. Aunque los beneficiarios son actualmente (a fecha de enero) 10.717 en Zamora las prestaciones suben a 13.697, porque una misma persona puede acumular más de una prestación. En cuanto a la lista de espera, es decir, las personas que han presentado ya los papeles y están pendientes de que se les reconozca algún grado de dependencia, Zamora está también en buena posición. De hecho, solo el 0,13% de los dependientes están en esta situación, mientras que en el conjunto del país la media es del 17,2%.

Se sigue bajando el tiempo de resolución de los expedientes, influyendo notablemente la contratación de efectivos por parte de las corporaciones locales en el aumento de resoluciones que se han realizado este año a pesar de la situación causada por la pandemia”, explicó San Damián.

Comedor social sin atención presencial. | José Luis Fernández

La delegada explicó otros aspectos interesantes, como por ejemplo que solo un quinto de las prestaciones son económicas, ya que el resto, las cuartas quintas partes restantes son de servicios. Dicho de otra forma las familias optan por cuidados profesionales en lugar de familiares.

La prestación más frecuente de las incluidas en el sistema de atención a la dependencia son las de ayuda a domicilio, 3.388 en la provincia de Zamora, con datos del pasado enero. Le sigue de cerca la prestación económica vinculada al servicio (es decir, el dinero que se percibe por ejemplo por la atención del dependiente a través de una empresa), con 3.327 beneficiarios. La prestación económica vinculada a los cuidados familiares (es decir un familiar que hace de cuidador del dependiente) es un recurso que utilizan 2.695 familias zamoranas, una de cada cinco, mientras que la prestación económica vinculada a una asistencia personal (una tercera persona, profesional, que cuida al dependiente en casa) es menos utilizada, aunque importante, ya que llega a 465 familias.

Además se prestan otras prestaciones, como la de prevención de la dependencia y la autonomía personal, con 1.228 beneficiarios en Zamora, la de teleasistencia, con 989, centros de día o de noche, con 681 y atención residencial, con 924.

Residencias

El balance de la delegada de la Junta abordó varias materias, además de otros aspectos dentro de los servicios sociales más allá de los datos sobre la dependencia.

Por otra parte, en 2020 se han tramitado 349 solicitudes de ingreso de personas mayores en residencias, indicó San Damián.

En el servicio de estancias diurnas, en diciembre de 2020 había 30 plazas ocupadas, tanto en centros públicos como concertados. Y en lo referente a estancias temporales, se han estimado 23 solicitudes en el año, prácticamente la totalidad de las presentadas.

Los comedores Nuestra Madre y Belén de Zamora capital para personas mayores, personas con riesgo de exclusión social y transeúntes se cerraron el, desde el 13 de marzo de 2020, si bien se realiza con periodicidad semanal la distribución (desde el propio centro) de alimentos no perecederos en bolsas para consumo en el propio domicilio, así como el seguimiento social de todos los usuarios.

Similar solución se ha adoptado para el Centro de Protección a la Infancia “La Veguilla” de Benavente, con distribución diaria, igualmente con el seguimiento social de los niños y sus familias.

El impacto de la pandemia ha afectado fuertemente a los servicios prestados por la Gerencia de Servicios Sociales en la provincia. No se han podido llevar a cabo los Programas de Vacaciones para mayores de 60 años, así como tampoco el de Termalismo Social ni los cursos de la Universidad de la Experiencia (suspendidos en la modalidad “presencial”).

“Los servicios de estancias diurnas y realización de actividades en centros de día se tuvieron que suspender desde el inicio del estado de alarma, retomándose en el mes de julio, ya con las fuertes limitaciones de aforo y medidas preventivas vigentes desde entonces”, explicó la máxima representante del Gobierno autonómico en la provincia

Lo referido a las unidades de atención social de ocio siguen suspendidas, de acuerdo al balance de Clara San Damián expuesto en las Cortes.