La desescalada en Castilla y León sigue envuelta en dudas. Si ayer el consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, daba prácticamente por hecho que los bares, gimnasios y centros comerciales abrirían el lunes, hoy el presidente, Alfonso Fernández Mañueco, ha vuelto a supeditar la desescalada a la evolución de las UCI en relación con el coronavirus. En resumen, vuelta a lo que el lunes apuntó el vicepresidente, Francisco Igea, tras la reunión del Consejo de Gobierno Extraordinario.

No se trata de un cambio de criterios propiamente dicho, pero sí de matices, importantes a estas alturas de la pandemia. El presidente, que ha pedido disculpas en nombre de sus consejeros si las declaraciones de ayer “causaron confusión”, ha insistido en que “todo depende de las UCI” y en que “es fundamental no dar pasos en falso” en las próximas semanas.

A juicio de las declaraciones hechas hace unos minutos por Fernández Mañueco la entrada en vigor de la apertura de bares y demás establecimientos afectados sería “automática”, a partir de las seis de la mañana del lunes, si la media regional de las UCI está por debajo del 35% y en las provincias en las que haya menos de un 25% de camas utilizadas. Así, no sería necesario esperar a lo que dictamine el Consejo de Gobierno.

Sobre la Semana Santa, Fernández Mañueco ha vuelto a insistir en la necesidad de “un criterio único” en todo el país, sobre todo en lo que concierne a la movilidad. Esta es la postura que Castilla y León llevará a la reunión con Consejo Interterritorial de esta tarde. “No puede haber 17 criterios distintos”, ha puntualizado el presidente.

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