En un intento por dar certidumbre a la ciudadanía, la Junta de Castilla y León ha vuelto a cambiar los criterios exigidos para comenzar la desescalada. El vicepresidente Francisco Igea ha detallado que para comenzar a relajar las medidas se exigirá que la ocupación media regional de las camas de UCI sea de menos de un 35% y, a nivel provincial, de menos de un 25%. La medida se toma para garantizar que hay camas disponibles en caso de rebote. No habrá, por tanto, desescalada en los próximos días.

Igea ha asegurado que se prevé que estos criterios se alcancen a principios de la semana que viene, momento en el cual la comunidad pasaría a nivel de alerta 4, ya sin medidas excepcionales como sucede ahora.

A partir de ese momento comenzará una desescalada similar a la de primavera. Las provincias pasarán por todas las fases establecidas, cuatro, y estarán en cada una de ellas durante al menos quince días siempre que la ocupación de UCI no repunte y la incidencia camine siempre a la baja. Todas las provincias pasarán por todas las fases.

Así las cosas, el interior de los bares, gimnasios y varios comercios ubicados en grandes superficies seguirá cerrado, al menos, durante una semana más en la provincia y en el resto de la comunidad. La incidencia en Zamora, cabe recodar, es la más baja de la comunidad autónoma y se cumplen todos los criterios para comenzar a relajar restricciones salvo uno: la ocupación de las UCI.

Por lo que respecta a la Semana Santa, Igea ha confirmado que la intención de la Junta es mantener hasta entonces el cierre perimetral, aunque ha abogado por lograr un acuerdo entre comunidades para reducir la movilidad.

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